La verdad de Klauss

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ANTES QUE TODO DEBO PEDIRLES DISCULPAS POR LA TREMENDA TARDANZA DE ESTA HISTORIA PERO TODO TIENE UNA RAZÓN, ESTABA ESTUDIANDO UN MÁSTER Y RECIÉN HACE UNOS DÍAS ENTREGUÉ EL TRABAJO FINAL ASÍ QUE AHORA TENGO UN POCO DE TIEMPO HASTA QUE TENGA QUE EXPONERLO... PERO BUENO AHORA YA TIENEN UN CAPÍTULO QUE LES ESCRIBÍ CON MUCHO CARIÑO, SÉ QUE NO SERÁ SUFICIENTE PERO ESPERO LES GUSTE...


-El verde no te queda Klauss, pareces una zanahoria con tu pelo rojo –Dijo divertida la chica al ver como su hermano se intentaba admirar en el espejo de cuerpo completo que estaba en su propia habitación, no convenciéndose del todo de lo que veía; pero él jamás admitiría que su hermana tenía razón y parecía una jodida zanahoria con esteroides.

-Y a ti no te queda romper a nuestra familia apartando a Criss de nosotros –Le respondió éste, aun estaba dolido por lo sucedido con su hermana y sabía que ella estaba sufriendo, pero también sabía que de entre los dos, Criss sufría mucho más pues se había quedado completamente solo mientras Anette tenía a mamá, papá y a sus tíos.

En el momento en que el chico terminó de escupir las palabras que llevaba sintiendo ya desde hace un año supo que se arrepentiría mucho tiempo, pues en su mismo corazón notaba como se destrozaba un poco, y si él podía sentir parte del dolor de su hermana, aunque terca y testaruda, tenía claro que sus palabras la habían roto por dentro y también por la forma en que le miraba, por como sus ojos se volvían manchas de agua borrosas con un azul más apagado, como la noche en que había echado a Criss de su vida.

-Lo...lo siento –Le dijo a su hermana acercándose con pasos torpes y temeros de su reacción-.

La chica levantó la mano dejando su palma a centímetros de la cara de su hermano y le hizo un gesto de negación con la cabeza –Tienes razón- Fue lo único que dijo antes de salir corriendo en dirección a la puerta saliendo hacia el patio y sentándose en la misma banca que solía sentarse de niña con su hermano Criss y el resto de su familia mientras algunos practicaban.

Por su parte Klauss se sentó en su cama cansado y triste, las ganas de salir en su cita se le habían quitado y ya como se le había hecho costumbre durante ese último año llamó a su tío/amigo Criss, sabía que esa llamada dejaría afectado a su amigo e iba a querer salir corriendo a buscar a la pelinegra como cada vez que le contaba algo de ella, pero también le había prometido que le mantendría al tanto de todo lo que sucediera, aunque esta vez fue su culpa.

Comenzó a caminar fuera de la habitación donde no pudieran escucharlo y ha cuando estaba a punto de darse por vencido, desde el otro lado de la línea descolgaron el teléfono –Hola pequeño que pasa, está todo bien ¿por qué no estás en tu cita? –Le interrogó Criss quien ya estaba al tanto de casi todos los pasos que daban los chicos.

-Lo siento Criss de verdad lo siento –Dijo el Chico intentando contener los sollozos y caminando lo más rápido posible fuera de la casa para no ser oído por nadie-.

-He tranquilo dime que pasa ¿tú estás bien, tu hermana está bien? –Preguntó el moreno comenzando a desesperarse y ya queriendo correr en dirección a esa casa que aun después de un año seguía considerándola como su verdadero hogar y con su familia dentro.

-Es mi hermana, he discutido con ella y le dije algo que sabía que la iba a herir pero es que ya llevaba mucho tiempo guardándomelo Criss, que te sacara de nuestras vidas no solo la afectó a ella nos afectó a todos, tu también eres mi familia y nunca se paró a pensar en cómo me iba a sentir yo, mamá o papá al respecto solo ella y sus putos sentimientos egoístas y bueno algo así le dije, solo que se lo resumí en que ella había destrozado a nuestra familia –Relataba un Klauss con los ojos enrojecidos sin percatarse de que su hermana lo observaba desde el otro lado del jardín llorando en silencio pues su hermano tenía razón, jamás se paró a pensar en nadie más que no fuera ella y se refugiaba en los brazos de Klauss si se sentía triste o de su madre por la partida de Criss pero nunca vio cuánto les afecto a ellos que se fuera y una vez más le cedieron su capricho y respetaron su decisión.

No hay tiempo III: Esperaré...Hasta que te encuentreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora