La prueba más difícil

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-Ya me recordó Anette por favor déjame verlo, déjame decirle por fin lo que siento…no, no quiero que pase lo mismo que ese hombre, no quiero seguir perdiendo mis oportunidades –Rogaba Violeta.

-Aún no puedo, falta algo sumamente importante y tengo miedo la verdad, no sé si mi hijo me va a odiar después de eso, pero debe lograr superarlo si es que quiere que vuelvan a verse otra vez-.

-¿A qué te refieres Anette?

-La última prueba para mi bebé…debe enfrentarse a su padre –Le respondió en un susurro-

-QUÉ!, Acaso perdiste la cabeza, sabes que Evan lo odia, y tiene suficientes razones después de todo lo que ha hecho, y tú también deberías odiarlo, mierda mató a tu propio hijo y ha hecho cosas terribles.

-No es su culpa Violeta, él fue solo un títere más de su padre, tu no conociste a ese hombre en realidad era malvado y lo único que le importaba era su bienestar aun si eso implicaba pasar sobre su propio hijo y hacerlo infeliz, ese hombre hizo a Erick el monstro que ustedes conocieron. Ese, ese no era el hombre del que yo me enamoré, no era el padre de Evan, el que daba todo por su familia –Corrían lágrimas por las mejillas de Anette mientras recordaba al hombre de su vida y en lo que se había convertido-.

-Ve a verlo, él te necesita ahora –Dijo Violeta visiblemente dolida-.

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Evan se encontraba de rodillas en el piso sollozando y dejando que las lágrimas cayeran libremente por sus mejillas –Por favor mamá, devuélvemela, déjame verla te lo suplico-

Anette corrió a abrazar a su hijo y le sostuvo la cabeza entre su pecho acariciándole el pelo mientras él se aferraba a su brazo aun sollozando y temblando –Yo…yo, no puedo aun Evan- Le contestó ella.

-Entonces dime qué puedo hacer para recuperarla, no te das cuenta que la necesito –Gritó Evan de vuelta-.

-Perdóname Evan…sabes que nunca haría nada para lastimarte; lo sabes hijo, ¿no es cierto? –Anette hablaba angustiosa y eso a Evan le daba una cierta mala espina que le helaba un poco la sangre.

-Lo sé mamá; pero ¿qué pasa?...Mierda, no me digas que le pasó algo a Violeta, ella está bien ¿verdad? –Los nervios se estaban comiendo a Evan y prefería saber cuánto antes lo que sucedía en vez de seguir con aquella angustiosa duda.

Anette lo miró con los ojos llorosos y le apuntó en dirección a un oscuro túnel sin apenas mover un músculo salvo su delgado y blanquecino brazo.

-Los amo…-Susurró ella dándole un pequeño empujón a Evan para que se adentrara en ese estrecho pasillo. Él caminó por el túnel y a medida que avanzaba escuchaba unos pequeños sollozos que cada vez se hacían más distinguibles y para cuando llegó a una especie de habitación, vio de quién provenía aquellos lamentos. Era un hombre que estaba de espaldas a él, arrodillado en el piso cubriéndose el rostro con ambas.

-Hey, ¿estás bien? –Preguntó Evan manteniendo cierta distancia entre los dos.

No hay tiempo III: Esperaré...Hasta que te encuentreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora