Una tormenta de hormonas

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SÉ QUE HAY UN SALTO TREMENTO PERO NO SÉ, NO ENCONTRÉ NECESARIO UN CAPÍTULO DE RELLENO, SI QUIEREN HAGO UNO CON LA INFANCIA DE LOS PEQUEÑOS... FALTA POCO PARA EL FINAL, GRACIAS POR SUS COMENTARIOS Y LECTURAS, LES DEJO.


Más de diez años habían pasado, diez años tranquilos, hasta que las hormonas se comenzaron a hacer cargo de los gemelos, y si bien cada uno había sacado las mejores cualidades de sus padres, también habían sacado las peores y sin contar que tenían sus propias manías que a veces los hacían francamente insoportables.

Klauss por una parte seguía obsesionado con las peleas, con ser el mejor cazador y descuidaba muchas veces los estudios por eso, también seguía obsesionado con su madre y con las chicas, para nadie era un misterio que llegaba muchas veces de noche con la excusa de algún trabajo que nadie creía y tratando de esconder algún chupetón con la chica de turno ya que sus tíos vampiros también pudieron notar que nunca era el mismo perfume o por lo menos no duraba una semana seguida con la misma chica.

Por lo tanto todos los que conocían a Klauss podían decir que los aspectos de su vida se reducían a: adorar a su mamá por sobre todas las cosas, seguido por adorar su colección de libros aunque ignorara muchas veces la escuela por pasarse horas y horas entrenando con su tío al que todos creyeran que quería más que a su mismo padre, con quien no mantenía una buena relación aunque Evan se esforzaba por darle en el gusto e intentar llevarse bien con el muchacho a petición de su esposa y por supuesto proteger a su hermana de cualquiera que quisiera tocarla porque junto a su tía era una de las únicas tres mujeres de las que nadie podía decir nada ni mirarlas ni tocarlas, aunque a veces con su hermana se enfrascara en peleas monumentales, se amaban más allá de todo; y por último en la vida de Klauss estaban las mujeres, una tras otra, ninguna estable, ninguna novia, nadie digno de conocer para su familia y ya todos creían que sería un rompecorazones para su ya no tan corta edad.

No soportaba que alguien fuera de su familia le dijera que hacer así que por lo menos una vez a la semana estaba en la oficina del director y ahí entraba su adorada tía Jenna quien para que el muchacho no recibiera la bronca de su vida por parte de sus padres se hacía cargo de la situación ya que el joven la miraba con cara de perro apaleado y con esos maravillosos ojos azules y pelo rojizo no había forma de que se le resistiera y era una tónica que se venía dando desde que éste era pequeño, si él cometía algún error, sus tíos lo arreglaban por él ya que lo querían y consentían como si fuera su propio hijo.

En resumidas cuentas la vida de Klauss giraba en torno a familia, libros, combate y sexo, cuanto más sexo mejor para él y para su mala suerte, para ser un cazador esa es una prioridad que no debía tener, pero aún no lo sabía así que su tío debía hablar pronto con él porque estaba siendo un problema que estaba a punto de salirse de control y nade, sobre todo Violeta quería que Klauss terminara dejando a alguna muchacha embarazada sobre todo a su edad que no podía hacerse cargo por completo ni de él mismo.

Por otra parte estaba Anette quien se había convertido en una muchacha preciosa a quien la mayoría de los muchachos traía a sus pies y tal como su madre, era algo que no le tomaba mucha atención para respiro de su padre y Criss, pero había algo en ella que la estaba haciendo ser una chica un tanto rebelde, un descontento con su vida lo cual había hablado un par de veces con su madre y no lograba comprender del todo.

Era una niña sumamente mimada y sabía que podía conseguir lo que quisiera, tanto de sus padres como de sus tíos y hermano quienes la protegían en todo y su principal consentidor era por supuesto Criss, cosa que le gustaba y disgustaba al mismo tiempo, era sumamente inteligente como su padre e iba avanzada en la mayoría de las materias sin poner realmente esfuerzo de su parte, no tenía muchas amigas al igual que su madre y tenía un carácter un poco difícil de manejar ya que si explotaba era prácticamente imposible calmarla. Una de sus principales aficiones era molestar a su hermano al cual adoraba, le gustaba pasar por delante de él comiendo gomitas azucaradas mientras él entrenaba y verlo babear ya que era muy vanidoso con su figura y aspectos personales (cosa que heredó de Evan) hasta que lograba que el pobre le rogara prácticamente por un osito y lo comía con sumo cuidado y después se tiraba horas entrenando para bajar el azúcar consumida y ella lo miraba entretenida.

No hay tiempo III: Esperaré...Hasta que te encuentreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora