Despertando

2K 95 21
                                    

-He! Idiota –Escuchó que llamaba una voz sumamente familiar que no era la de Erick, era la de otro hombre

-¿Quién demonios eres? –Preguntó Erick

-El exmarido de Violeta y si este idiota no se recompone y arregla si estupidez, seré el último que la pueda llamar así

-Klauss? –Preguntó Evan a la vez que se volteaba en dirección a él – ¿Realmente eres tú?

Klauss se encontraba parado y apoyado a uno de los muros de aquella oscura habitación con los brazos cruzados y observándolos intercaladamente con una media sonrisa en el rostro

- ¿Qué haces aquí? –Lo miró Erick un poco confundido, sabía que lo había visto en algún lugar pero se le hacía difícil retener algunas cosas en su memoria cuando intentaba recordar todo lo posible las últimas veces que había logrado estar con ellos y realmente le era difícil recordarlo.

-Erick no vine a hablar con el idiota mayor, sino que vine a hablar con el idiota menor, que realmente está haciendo méritos para ser más idiota que tú, así que hazme el favor y cállate –Resopló Klauss con evidente fastidio

-Eso me hace suponer entonces que eres amigo de mi hijo –Respondió Erick

-No tengo tiempo de presentaciones maldita sea, Violeta está allí afuera sola y tengo que averiguar cómo ayudarla, así que discúlpenme si no tengo humor para esto.

-Bueno Evan entonces te lo haré fácil, estoy aquí porque no puedo creer que seas tan malditamente estúpido como para siquiera considerar dejarla ir, es decir ¡mírame! morí por ella y volvería a morir si eso significa que por unos segundos, por unos minutos fue mi esposa y créeme que una parte de mi lo desea pero no quiero ser en realidad el único esposo que ella vaya a tener en su vida –Dijo Klauss.

A Evan se le vinieron esos momentos a la cabeza, cuando Violeta dijo “Sí” y él secretamente estaba deseando que fuera él en lugar de Klauss a quien le estaban dando esa respuesta y uniendo sus destinos, pero también tenía en cuenta de que aquel hombre estaba muriendo, que era su último deseo y ese deseo en gran parte era lograr hacer feliz a Violeta y que jamás nunca tuviese que atarse a alguien más porque fuera su costumbre. Era un recuerdo que le provocaba sentimientos contradictorios, por un lado feliz porque Violeta se liberaba pero por otro lado Celos al no ser el hombre que dijera “Sí, quiero”.

-Entonces que pretendes maldita sea se claro Klauss –Espetó Evan un tanto ofuscado-.

-Hijo no hay que ser un genio precisamente para saber qué es lo que te quiere decir este chico, me sorprende, pensé que habías sacado la inteligencia de tu madre, no la mía; pero lo que te quiere decir es que tomes la oportunidad y seas todo lo que ella quiere y necesita, que seas el último hombre en su vida y no pierdas la oportunidad que yo perdí, sé más como Marshall, el padre que te crio y que lo dio todo por tu madre porque la amaba y yo sé que fui el amor de su vida y que no amó a nadie más de la forma en que lo hizo conmigo, pero también sé que él logro hacerla feliz de la forma en que yo no pude, y daría toda mi vida mil veces por tener la oportunidad que él tuvo y que tú ahora estas dejando pasar.

-El viejo tiene razón Evan, no dejes pasar esta oportunidad, yo tomé cada una de las oportunidades que tuve y por eso mi vida está completa, pero a tu vida le hace falta una parte importante y esa parte se llama Violeta y ahora la estás dejando ir cuando ella más lo necesita, así que tú decides, te quedas odiando a tu padre aquí o vas de una buena vez a buscar y hacer feliz a la mujer que amas maldita sea, despierta de una puta vez –Klauss prácticamente le gritaba a Evan y él de vuelta lo miraba atónito sin poder pronunciar palabra alguna-.

-Klauss, tengo una pregunta, ¿por qué demonios tu entre todas las personas en la tierra infierno limbo cielo o lo que esto sea quieres ayudarm?-

-Esa es una pregunta bastante estúpida de tu parte Evan, la respuesta es la misma que para ti, es porque la amo y como la amo quiero que ella sea feliz, porque se merece serlo, ha perdido tanto por culpa de seres como nosotros que si nosotros mismos podemos contribuir a su felicidad tengo que hacer todo lo que esté en mis manos para lograrlo y ahora no depende más de mí, ahora depende de ti hacer feliz a mi esposa –Esta última palabra la dijo con cierta burla en la voz-.

No hay tiempo III: Esperaré...Hasta que te encuentreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora