Aprendiendo a darlo todo por quienes amas

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PRIMERO QUE TODO PEDIR DISCULPAS POR LA AUSENCIA, PERO ESTOY FUERA DE MI PAÌS Y NO TENGO MI COMPUTADOR Y ME CONSEGUÍ ESTE PARA PODER ESCRIBIRLES ALGO, DISCULPEN DE ANTENAMO POR LAS FALTAS PERO LO ESTOY ESCRIBIENDO EN EL MISMOS WATTPAD...

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-Entonces qué es lo que puedo hacer, no me pueden pedir que me quede aquí de brazos Cruzados sabiendo que las personas que mas amo están en una especie de umbral, donde no sé si están vivos o realmente muertos o algo en el medio de esas dos malditas cosas -Habló Criss exasperado hacia los ancianos.

-Tranquilo, esos no son nuestros terrenos así que lo mejor que puedes hacer en estos momentos es esperar, lo mejor que te podemos recomendar es que mantengas los cuerpos en las mejores condiciones -Le contensto Sky.

-Nos vamos a quedar aquì pendientes de cualquier cambio en sus energías -Complementó Sun

-Será mejor que nos retiremos por ahora para que el chico se pueda encargar de los cuerpos -Dijo Earth encaminándose hacia la puerta-.

Acto seguido los anciando salieron por la puerta dejando nuevamente a Criss solo junto a los cuerpos de sus amigos, este ya era el tercer día y podía sentir como el perfume que hace algunos días les había impregnado ya se estaba desvaneciendo en el aire  y se estaba perdiendo todo pequeño rastro de vida que en ese tiempo había logrado ser puesto en el ambiente.

Nuevamente comenzó con aquel macabro acto que en esos instantes se estaba convirtiendo en un maldito ritual para el, sacar la ropa de sus cuerpos, lavarlos y ponerle algo para que al menos se sintiera un atizvo de vida en ellos.

Esta  vez lo estaba haciendo con algo más de detalle, no se sentía tan avergonzado ni pudoroso al recorrer el cuerpo de Violeta, recordaba haber hecho algo parecido de pequeña cuando ella había estado en el hospital, y gracias a eso pudo ver el cambio en el tatuaje de su costado, el cual ahora estaba completo pues se ahbía tatuado la mitad de Klauss, además de poner en el centro una "K" lo cual presumiblemente para él y lo más seguro era que se tratara en honor a su amigo caído.

Cuando estaba pasando por sus brazos, no pudo creer lo que encontró en su muñeca, era un nuevo tatuaje, era un pequeño conejo con una "E" en el muslo, Criss no pudo evitarlo y se comenzó a reir estrepitosamente -Pequeña conejo al final parece que Evan pudo atraparte aunque demaciado tarde- Dijo Criss en voz alta al recordarel pequeño juego que teían sus amigos cuando ella era pequeña y le gritaba a Evan:

-Soy un conejo y no puedes atraparme- Haciendo alusión a la historia que él le había contado de su infancia en el horfanato cuando Evan corrió toda la tarde tras un conejo sin éxito, lo que también hizo que Evan le regalara un pequeño conejo de peluche el cual ella siempre traía consigo.

Criss se levantó del costado de la cama una vez concluyó con el aseo de su amiga, le untó crema por sus brazos, piernas y rostro, después algo de perfume y la vistió de manera diferente, si estuviese Jenna lo mataría si le pusiera dos días seguidos el mismo atuendo... 

Pero esta vez era distinto, no había nadie a su lado quien le pudiera decir si estaba bien o mal, lo más cercano eran los anciando a los cuales a penas veía cuando se acercaban a la habitación para ver si habían habido algunos cambios pero nada mas, estaba completamente solo y se sentía un poco perdido, ya no tenía el ancla que lo había sacado de la oscuridad: Evan; ni tampoco quien le enseñó lo que es reír en un día soleado: Violeta.

Salió de la habitación con un rostro derrotado, como si hubiese perdido la más grande de las batallas y caminó por el pasillo en dirección al cuarto de Violeta, rebursco en la cama y después volteó a ver habia la mesita que estaba en frente de un espejo y ahí estaba lo que buscaba, el conejo que Evan le había regalado de niña; lo tomó delicadamente entre sus manos y se le escapó una sola y rebelde lágrima, a la cual no le tomó la importancia necesaria como para limpiarla y volvió al lugar donde había dejado a sus amigos y puso al peluche al lado de Violeta.

No hay tiempo III: Esperaré...Hasta que te encuentreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora