Demanda.

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Fragmentos del libro de Cynthia, escrito por John Lennon.

"Cuando me presentaron a Paul, él estaba sentado en las piernas de Jane. Su precioso cabello castaño se veía reflejado en sus hombros, y su piel tersa, blanca y de porcelana era divida. No cabía duda, para Jane, Paul era uno de esos grandes premios. Uno de esos extraños ejemplares británicos que nada más puedes ver una vez en tu vida. Para Jane, él era su gran trofeo, uno de los ejemplares de águilas londinenses que tanto había soñado."

Bueno... de eso hablo de Paul pero...

"Desde la primera vez que la vi, jamás me inspiro confianza. Fuimos buenos amigos en aquellos tiempos, pero nada más. Si preguntan ahora, no llevo una buena relación con la ahora Jane Asher... disculpen si no la llamo McCartney, es un nombre muy grande para ella"

¡Maldito John! No sólo sacó este libro destapando los más grandes secretos de Cyn, sino que también... ¡Me tiene que echar paja a mí y a Paul! Que imbécil, tomé su libro y lo aventé. Le di la espalda, pero volví a recogerlo, tan sólo para sobar la portada, que venía el rostro hermoso de Cyn.

—Oh... lo siento Cynny Girl—dije y sobé la portada del libro—, pero no fue mi culpa que tu marido sea un idiota y no sepa guardar secretos. En serio, lo lamento con todas mis fuerzas, deberías cuidarlo mejor desde arriba, es un tarado.

Hablaba con ella como si en realidad estuviera presente, volví a tomar el libro en mis manos y lo leí. Me era increíble, como ahora, a casi 28 años de la muerte de Cyn y de 44 años de la Beatlegirls-Mania, todavía haya personas que amen a Cyn, su movimiento y legado. El libro se convirtió rápidamente en un Best Seller, y yo, lo único que podía pedir, es que no revelara la cosa que le dije a John hace unos días.

Seguí leyendo y leyendo, vaya manera de limpiar y pulir su historia. En palabras de Lennon, Roberto fue un satán bajado de la tierra, que separó y destruyó el amor que Cynthia tenían sobre él. Sí, Roberto fue un cabrón maldito, pero eso de quererles vender a la audiencia, un amor sobre hojuelas y más falso que nada, eso era absurdo y bajo.

En fin, después de terminar de leer el libro, me siento segura porque John no dijo ni pio del secreto, fui un cero a la izquierda en su libro, ni siquiera mencionó lo de mi accidente, o bueno, pero en menor medida. Claramente, no dijo nada de las acciones ilegales que cometimos todos a principios de los 80s, y que bueno, me alegro que nadie, nunca, jamás en la vida, podrá descubrir eso. Me encargaré de quitarle la maldita grabadora a Lennon.

Pero de qué manera Jane... ¿De qué manera puedes hacerte poseedora y acreedora de esa maldita grabadora? Tienes que detenerlo, Paul pudo hablar de tu secreto ahí, lo dudo, sino, John no se hubiera impresionado tanto cuando se lo dijiste. Aun así, las palabras de McCartney deben ser aniquiladas.

—Eh... Jane, ¿Qué haces ahí? —entró Marcus, me miró sentada en el suelo con el libro de John en mis manos.

—Nada, leyendo las mentiras de Lennon—lo aventé.

—Oh, vaya... ese hombre jamás me agrado—Marcus se sentó a mi lado—, lo vi en la boda, alejado de todos... tenía algo en sus manos, algo que no pude ver.

—Yo no lo vi, por algo, entenderá que no fue invitado—bendita miopía de Marcus.

—Oye... quería preguntarte algo muy importante.

— ¿Qué?

—Este... yo sé que sabes que tengo miopía con astigmatismo, pero...no soy daltónico. Así que prefiero oírlo de tus labios.

—Te escucho—dije temblorosa.

— ¿De qué color son tus òéðééí?

(...)

The Beatlegirls 2Where stories live. Discover now