The Beatlegirls 2

La última petición

1998, tengo a mi lado una grabadora vieja que documenta y documentó mi voz, que narró todos los hechos que han pasado durante los últimos 18 años, cuando desafortunadamente, un infeliz nos arrebató la vida de Cynthia.

Fue hace unos meses cuando me senté y relaté todo lo que había pasado desde ese entonces, ya es abril, así que ahora... dejaré el tema de Cynthia y me concentraré en lo mío, hablaré de lo que he hecho en mis últimos años de vida.

Bueno, el tratamiento no ha sido barato ni mucho menos fácil, no me aliviana para nada del dolor tan intenso que sigo sintiendo, pero lo acepto. He dejado atrás los miedos, muchos filósofos, expertos y pensadores se preguntan siempre cuál es la fórmula de la felicidad o de la vida misma, yo no soy poeta ni mucho menos pensador grande, pero podría decirles que... una vez que dejamos de temerle a la muerte, es cuando podemos vivir realmente.

Porque en la vida no hay cosas seguras, pero eso es lo único que pasará quieras o no, no importa que hagas, tus acciones, cuánto dinero tengas o cuánto vivas.

Igual, morirás.

En fin, no quiero que cuando las futuras generaciones escuchen esto se depriman, no es el objetivo de esta grabación, lo que quiero dejarles como mensaje final es... aprendan a vivir, hagan lo que deseen sin afectar a otros. Porque en estos últimos cuatro años no todo ha sido hospitales, medicamentos y saber que animales sufren por mi culpa, no. He decidido llevar felicidad y belleza en cada uno de mis días:

Desde hace tiempo ya no peleo con Jane, es absurdo hacerlo, me siguen desagradando varias de sus acciones que hace, pero no me importa querer cambiarla. Ya no es mi objetivo, simplemente, me he dedicado a amarla cada día y hacérselo saber. A pesar de todo lo malo que me pasó, no puedo ni debo odiarla, tenerle resentimiento o algo así, porque sinceramente... mi amor es mucho más grande que todos esos sentimientos. La amo y no puedo vivir sin ella.

—Creo que lo que realmente me ha seguido manteniendo con vida, es saber que al fin estás a mí lado—le dije una vez que salí de mi tratamiento.

No sólo eso, decidí aprovechar la vida al máximo. Viajamos a muchos países exóticos y hermosos, pisamos la India después de tantos años, Egipto y Sudáfrica, pero no nos limitamos a eso nada más, también visitamos América Latina, como México, Perú, Colombia, Argentina y un sinfín de pueblitos maravillosos.

Pero no nos detuvimos ahí, íbamos de país en país, hacía cada actividad aunque me doliera, no quería morir sin antes sentir como era lanzarse de un paracaídas, esquiar en un monte de nieve en Canadá, probar las salsas picantes en México, comer sushi en su original Japón, visitar la reserva de animales en África, comprar matrioskas en Moscú, en fin... muchísimas aventuras y pequeños acontecimientos he vivido, que tal vez no me dé tiempo de seguirlas relatando para ustedes, público amigo.

El tratamiento se llevaba a cabo en Estados Unidos, lamentó no seguir en mi patria inglesa, pero nací siendo británico, moriré siéndolo.

Desgraciadamente, no podía seguir subiendo a los escenarios y actuar, pero quedé satisfecho participando en una pequeña obra comunitaria que Pauline, Jane y Maurice organizaron en Arizona, estado donde nos estábamos quedando.

Fue una obra de todos los McCartney... aunque falto James, pero decidí que no iba a hacer corajes ni hacer cosas que a mi bilis le afectaran, no, si James iba a tomar su propio camino, yo no podía hacer nada para detenerlo.

No sólo eso, me dieron el reconocimiento al actor del año 1998, fue algo muy irónico y hasta improbable, felicitaron mi carrera y todo lo que he hecho por la comunidad artística, fue algo muy bello. Fue a principios de este año, yo ya estaba demasiado demacrado y cansado, pero pude ir para decir: