Examinar tu vida con y después de Cynthia Lennon

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Bueno, no puedo hacer nada después de que... Jane... me dijo la verdad y ese secreto que quería que fuera mentira. Lo único que pueden saber y le he dicho a Brian, es que ella no tenía ni idea de que James Richard estaba bajo la amenaza de Yoko y Linda, además de... que me tendré que callar por lo menos un par de años sobre la otra cosa que me dijo...

— ¡No puedes silenciarte respecto a eso! ¡Tienes que decirlo! Por lo menos a las grabaciones.

—Estamos penados sobre ello, no podría hacerlo. Por lo menos, sabemos las verdaderas razones del porque se divorció de Marcus Shevell—dije decaído.

—Bueno—suspiró vencido—, oye... ¿Aún tienes A Twist of Powell?

—Sí, pero no tengo interés de sacarlo a la venta, tú sabes.

—Mmm... ¿Por qué no lo unes a nuevos escritos? Sería interesante, la gente podría darle una nueva oportunidad a Cyn.

—Espera, Brian, no entiendo.

—Sí, que sea una examinar tu vida, con y después de Cynthia Lennon.

—P-pero... por favor, a nadie le interesaría eso.

—A mí sí, inténtalo. Tal vez... hubo detalles de su vida que nos podrían ayudar a este misterio, tal vez... dijo algo que pasamos por alto.

(...)

Entonces ahí estaba, sentado en mi sillón y mi máquina de escribir presente, para terminar algo que... prometí jamás no hacerlo. Eran tantas cosas que había vivido con Cynthia, tantos detalles antiguos y nuevos que merecían ser examinados y leídos... pero no puedo, no puedo hacer cara frente a todo ello. Pero tendré que hacerlo.

—Muy bien—dije y preparé mis manos—, aquí vamos... A Twist of Powell no queda bien, se llamará... se llamará... ¡Claro! —escribí en la máquina— Mrs... Lennon... no, no Miss Hoylake, no, no... ¿El terror de Hoylake? Calmado, calmado... ¿Beatlegirl Cyn? Nop, mala idea...

Borraba y borraba los nombres que se me ocurrían a penas, pero no era mucho que dijéramos, yo determinaba que nombre podía venir mejor, cuál era aquel que quedaba como anillo al dedo. Después de decir otros nombres más complicados, y en cierta parte, comerciales, dije para mis adentros.

—Cynthia... conciso y simple. No tiene que ser una cosa del otro mundo, pero bueno...

Así que, una vez escrito el título. Empecé a dejar que mis manos hicieran su magia, escribí todo lo que pude, todo lo que se me ocurrió, pequeños mensajes que siempre quisieron ser escuchados. Me cansé, estuve aplastado en esa silla como tres horas.

—Bueno, creo que necesito un descanso—dije exhausto.

Me levanté tranquilamente de mi silla, suspiré y me estiré. Fui por un vaso de agua, pasé frente a una puerta particular, modesta... en sus tiempos, fue un auténtico espanto para mí, y de hecho, la llegué a considerar como "La puerta hacía el infierno". Era el ático principal y personal de Cynthia, su lugar secreto en dónde leía, se drogaba y un montón de blasfemias más. Nunca le hice nada, jamás abrí la puerta y le prohibí a mis hijos que pasaran ahí. Pero... tal vez, pueden venir cosas que... no había contemplado o algo así. Tengo que ir a examinar.

Bajé las escaleras mientras sostenía una vela a mí lado. El lugar parecía que... era una capsula del tiempo que te llevaba de regreso a 1969. Tenía pipas, olor a marihuana, esta misma planta seca, jeringas, botellas de alcohol y vino. Un sillón y un montón de libros a su alrededor, todo estaba lleno y polvoriento. Ni siquiera puedo decir o determinar cuándo fue la última vez que Cyn o alguien entró aquí.

The Beatlegirls 2Where stories live. Discover now