Luka Pov.
Hace más de un año llegué aquí sin saber qué hacer, o cómo sobrevivir solo. Me las arregle hasta que vi llegar a un chico nuevo, y con él llegaron chicos cada mes por más de 1 año; deje de contar después de los 376 días, y aún no me importaba mucho la salida de este lugar, pero me importaba sacarlos.
Estábamos atrapados al centro de un laberinto que parecía no tener salida, llegábamos aquí sin saber nada más que nuestros nombres y no entendiamos porque reconociamos tantas cosas sin siquiera saber todo el pasado de nuestras vidas o de la vida en general. Era irremediable, había esperanzas de regresar hacia donde sea nuestro hogar o por lo menos regresar a un mundo real, pero ahora esta es nuestra vida.
El área, el centro del laberinto y nuestro refugio por la noches y días por un buen tiempo, Estaba rodeada de pequeñas cabañas y una muy pequeña parte de bosque, había un arroyo pasando por el mismo bosque y nuestras cabañas estaban 10 metros alejadas de este.
Había 4 secciones, cada una con un encargado que se ocupaba de una cosa en específico para que todo esto funcionara, Dentro de toda el área hay reglas, y dentro de las reglas hay supervivencia, no hay inútiles porque todos están hechos para hacer algo, incluso si es cortar zanahorias en la cocina con Troy o poner un poco de alcohol sobre algunas heridas con Aiden
La primera sección era la de cocina, donde el encargado de alimentar a 15 chicos hambrientos es Troy, amante de la comida y amigable a menos que pusieras un pie dentro del almacén, si lo hacías estabas frito, literalmente.
La segunda sección era la agricultora, El encargado de ella es Cory, Se ve como el chico más sensible y controlable del mundo, incluso hasta el más debilucho, pero podía hacer que volaras a 3 metros solo cargándote y lanzándote como si no le costara nada, admiraba lo fuerte que era ese chico incluso emocionalmente.
La tercer sección es la de los curanderos y la del matadero, se encargaban de lo mismo por que no muchas veces tenían algo que hacer, los corredores eran agiles y muy raras veces tenían apenas un rasguño, así que el matadero era perfecto para los Curanderos. El jefe de ellos es Aiden, un chico amigable pero con un carácter duro, pero eso no hace que deje de ser amigo de absolutamente todos.
Por último están los corredores, ellos se encargan de ir hacía el laberinto por las mañanas para buscar una salida y regresar con todas las extremidades pegadas al cuerpo sin una pinchadura de penitente o un raspón por las lianas que rodean las paredes del laberinto. El encargado es Vince, un chico simpático pero a veces me hacía ser muy intolerante, aunque seguía siendo mi mejor amigo
Los penitentes, eran unos auténticos monstruos que te hacían alucinar con tu vida real sólo por unas semanas y podían causarte la muerte sin el antídoto, podrías ser agresivo o totalmente pasivo, antes de agonizar totalmente, y cuando lo haces, te conviertes en un monstruo sin siquiera querer serlo, por eso debemos cuidarnos mucho unos a otros, eso es lo principal.
Hoy era el día en el que un novicio llegaría junto con las provisiones del mes, eso significa otro mes más de agonizante trabajo e investigaciones sin éxito, estaba tan cansado que ya no me importaban muchas cosas que antes me preocupaban, era solo cuestión de tiempo, no podíamos estar atrapados aquí para siempre, solo experimentando miedo hasta que ya no seamos capaces de sentir nada y fingir que la muerte es algo tan natural pero inalcanzable que resulte exótica y atrayente.
Cuando escuche el crujido del suelo por debajo de la reja metálica donde se encontraba la caja, Camine hacía allí como si fuera rutina, Gale me acompañaba sosteniendo una soga por si había un nuevo jabalí, y Al momento en que la caja de detuvo debajo de nuestros pies, la abrimos para dejar respirar al novato, este estaba respirando como si ya no le quedara aire, y miraba al cielo como si no supiera a dónde más mirar
