Como es tradición en su pueblo, Charleen debe contraer matrimonio al cumplir los dieciocho años, sin embargo, no piensa aceptar esta obligación sin antes haber vivido una gran aventura y escrito en libros sobre ella. Es así que convence a un guerrer...
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— ¿Vas a contarme sobre el barco y mi Stelaro? —le preguntó Charleen al anciano mientras clasificaba unos libros, tal como él le había pedido.
—Era un barco unua, hasta hace trescientos años algunos todavía éramos nómadas, pero del mar. Yo y los míos teníamos una enorme flota y los humanos nos confundían con piratas. En realidad, a veces saqueábamos ciudades, pero no éramos violentos.
Charleen arqueó una ceja pensando cómo podía tomarse sus palabras tan a la ligera, aunque ya acostumbrada al cinismo de Ethan y Liaw, no mostró asombro.
—Yo era el mayor de todos y continué el trabajo de mi padre. Los Stelaros eran infalibles cuando viajábamos. Aun sin estrellas que nos guiasen durante el día, podíamos revisar el curso en los libros, además, las estrellas te dan más información de la que piensas. Luego comenzó la guerra y sufrimos ataques de otros unuas. Es la naturaleza de nuestro pueblo, pelear siempre, algunos como tus amigos no saben hacer otra cosa. Nuestra flota se redujo considerablemente y no sobreviviríamos a menos que nos uniéramos a alguna de las naciones ya fundadas. Mi barco era uno de los tres últimos, llevábamos con nosotros la colección de libros más grande de nuestra cultura. Toda nuestra historia estaba ahí. Dos de los barcos llegaron a su destino, el barco en que yo iba no tuvo suerte. Nos atacaron en la costa y solo tres sobrevivimos: Freya, Jhan y yo. El barco se hundió y Freya se encargó de transpórtalo donde los libros estuvieran a salvo, junto al muro.
— ¡El que está en la costa de mi pueblo!
—Sí, la guerra nunca llegó a esos lugares. Con el tiempo nos olvidamos de ellos, todavía mantenemos nuestra existencia oculta a los humanos fuera de las naciones, ir a recuperarlos era arriesgado, y no es que a los otros les importe demasiado, andan más concentrados en su entrenamiento militar. Los sobrevivientes de los otros dos barcos se refugiaron en Kadry; Freya fue elegida como Vade del templo de Foris y tomó como su discípula a Sahori, la que ahora es Vade de Ithia. Jhan tomó a Sahori como su pareja años después y permaneció en Ithia, y yo busqué un lugar tranquilo donde escribir los Stelaros y recopilar viejas memorias de nuestro antiguo pueblo. Los jóvenes no saben nada sobre nuestro origen, yo soy quien conoce más al respecto e intento resguardar la mayor información posible. Un pueblo sin historia no tiene futuro, a veces parece que lo han olvidado —habló con un deje de melancolía—. Ya es demasiada información por hoy, saca los libros que quieras, tal vez al salir de esta ciudad sepas más incluso que Ethan sobre los unuas.
—Eso es exactamente lo que quiero —explicó con emoción—. Hoy mismo escribiré todo lo que me contó sobre el barco. Quiero escribir libros y desde que sé sobre los unuas que quiero escribir libros sobre ustedes, su historia, sus costumbres, ¡todo! Ethan no me cuenta demasiado, pero acá tendré mucha información y cuando llegue a Ithia tendré más todavía.
Biako de nuevo comenzó a irritarse con el parloteo de la joven y le ordenó con la mano cerrar la boca.
—Un libro sobre los unuas desde el punto de vista de una humana... —Pensó—. Será interesante.
