Capitulo 45

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Óscar estaba que se subía por las paredes de su despacho desde que había colgado de hablar con Olivia, había dejado todo lo que estaba haciendo y no dejaba de darle vueltas a la extraña conversación que había tenido con su novia, quien hacia mas de media hora que ni le cogía el móvil ni lo llamaba. Cansado de esperar como un idiota encerrado en su despacho, cogió su abrigo y salió de este, caminando directo al de su padre. Entró sin tocar, cerró la puerta de golpe, sobresaltando al hombre que había tras el escritorio examinando unos papeles.

- Papá, tengo que irme, ha pasado algo con Olivia y... - dijo de golpe, acercándose a la mesa.

- Haber, hijo, tranquilo, respira hondo y explicame que es lo que ha pasado. - respondió el hombre.

Jose, el padre de Óscar, era un hombre de mediana edad, moreno con ojos color chocolate, vestía un traje de chaqueta azul marino con una camisa blanca. El hombre en sí parecía ser tranquilo, pero en ese momento se había puesto nervioso al ver a su hijo entrando así en el despacho.

Óscar respiró hondo y le explicó la conversación tan extraña que había tenido con su novia hacia unos minutos, desesperado porque no llamaba como había dicho que haría

- Esto es porque pasa algo, papá, seguro que pasa algo. - dijo andando de un lado para otro.

- ¿Os habéis peleado? - preguntó su padre levantándose del sillón que había tras su escritorio.

- ¡No! ¡Claro que no! - exclamó mirándolo – Estamos mejor que nunca. - suspiró - Ademas, siempre que discutimos la cosa no llega a mayores, lo hablamos, lo solucionamos y listo. Esto es por otra cosa, estoy seguro. - dijo haciendo gestos con las manos, cada vez mas nervioso.

Su padre iba a decir algo, pero calló cuando el móvil de Óscar empezó a sonar, este lo sacó rápidamente del bolsillo interior de su chaqueta y lo miró al descolgar, llevándoselo a la oreja.

- ¿Oli? Oli, ¿estás ahí? - preguntó nervioso al descolgar, pero solo escuchó el pitido de la llamada cortada - ¡Maldita sea! - exclamó apretando el móvil con sus manos.

- Tranquilo, hijo, vamos a tu casa y hablas con ella, ¿de acuerdo? - dijo su padre acercándose a él con aire tranquilizador.

Óscar asintió saliendo del despacho rápidamente, sin esperar a su padre, que salió siguiendole a la misma vez que se ponía el abrigo. Llegaron a la calle y cogieron el coche de Jose, quien condujo ya que su hijo no estaba en condiciones de hacerlo. Llegaron minutos después a su calle, Óscar bajó del coche mirando hacia su piso, al ver todas las luces apagadas, se alteró aun mas si eso era posible. No esperó a su padre y entró en el edificio, llegando a su piso rápidamente al subir por las escaleras, ya que pasó de largo por delante de la puerta del ascensor y se dirigió directamente a las escaleras, las cuales subió de dos en dos. Al llegar a su planta, fue rápidamente a su puerta, la abrió todo lo rápido que pudo ya que el temblor de sus manos no le ayudaba y entró llamando a Olivia a voces sin conseguir respuesta, al entrar en la habitación y ver el armario abierto y la mitad de la ropa dentro de él, solo la suya, se le cayó el mundo a los pies.

- Me ha dejado... - murmuró para sí, saliendo de la habitación

Preguntándose qué era lo que podía haber ocurrido para que ella se fuera de esa manera y mas que lo llamara para decirle que no fuera a casa, pero no se le ocurría ningún motivo para que hiciera eso. No habían peleado desde hacia varias semanas, estaban en su mejor momento, no habían tenido problemas de ningún tipo y a él no le entraba en la cabeza porqué lo había dejado así porque si.

Al llegar al salón, vio a su padre mirando algo en el salón, donde estaba el teléfono fijo, se acercó a él y se sentó en el sofá derrotado, sin hacer caso a lo que estaba mirando, escondió la cabeza debajo de un cojín y reprimió un grito de ira.

Cartas... [Sin editar por completo]  ©Where stories live. Discover now