Capítulo 28

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Miércoles.

-Sí- mencioné en voz alta mientras leía aquellas palabras de respuesta -La encontró.

Miré aquellos pares de ojos que me observaban expectantes y sonrientes por el hecho de aquella respuesta positiva.

-Eso es... bueno- sonrío algo extrañada, la pelirroja, mi hermana- ¿No fue raro?- frunció el entrecejo.

-No... bueno, tal vez algo extraño.

-Es que... se ve grande- murmuró mirando la foto en su móvil.

-Lo es- confirmé prestandoles toda mi atención a las tres chicas. -Aunque no me sorprendió tanto saber que le regalan muchas cosas.
-Es común- intervino Carmen -es decir, es famoso y con el tiempo será mucho más grande su colección tanto como su fama- se encogió de hombros restándole importancia

-Pero como fue que llegaste a esa habitación- preguntó curiosa Montse.

-Supongo... que es una tontería... pero te lo diré- sonreí sin poder evitarlo.

-----------FLASHBACK----------

-Amor- escuché una voz a lo lejos llamarme -Despierta princesa- sonreí al escuchar aquel lindo apodo obligándome a despertar -Se nos hace tarde, bebe.

- ¿Tarde?- pregunté sin siquiera abrir los ojos - ¿Tarde para qué?- gruñí adormilada.

-Para la escuela, amor.

-¡Mierda!- abrí los ojos de golpe sentándome velozmente en la cama. Arrepintiéndome rápidamente recordando el hecho de estar completamente desnuda. -Dios...- suspiré mientras me envolvía el cuerpo con la sabana y una sonrisa se escapaba por mis labios al recordar vagamente lo que había sucedido hace un par de horas en esta habitación. -Buen día- fije mi vista en Bryan tratando con todas mis fuerzas de no sonrojarme, cosa que no logre, ya que en cuestión de segundos sentí mis mejillas arder.

-Buen día, amor- me miró tierno pasando una mano por mi mejilla con parsimonia - ¿Dormiste bien?

Asentí en modo de respuesta - ¿Y tú?

-Demasiado- sonrío mostrando toda su hilera de dientes perfectos -Ve a darte una ducha, mientras tanto, yo acomodare este desastre ¿esta bien?- preguntó, levantándose de la cama a la vez que yo repetía su acción -El baño esta al fondo del pasillo, en un momento te llevo una toalla y ropa.

-Claro- me encaminé hacia la puerta.

-Por cierto- llamo mi atención -Te amo.-me sonrió con lo que parecía ser una sonrisa sincera .

-Y yo a ti.- respondí antes de salir completamente de la habitación.

Caminé por el pasillo con una gran sonrisa. De la típica colegiala enamorada, porque, realmente eso es lo que soy: una colegiala enamorada de un gran y hermoso chico, el cual, es integrante de una banda. ¿Irreal? Supongo que eso es lo que debería de estar pensando cualquiera, pero, ¡mierda! ¡es real y lo estoy viviendo!

Pero volviendo a la realidad. A lo que venia. Moví mi cabeza tratando de hacer pasar todos aquellos pensamientos.

¿A qué venia?

-El baño- murmure - ¡mierda!- maldije viendo aquellas dos puertas - ¿cuál sera?- miré indecisa ambas puertas tratando de escoger entre ellas -Nah, abriré esta.- me encogí de hombros tomando el pomo de la puerta y abriéndola en ese mismo instante -Wow.
Di un paso adentrandome en aquella habitación logrando asombrarme demasiado con lo su había ahí.
La habitación es, relativamente, grande. Las paredes, por lo que parece, son blancas; algo que no se puede apreciar fácilmente por él hecho de estar completamente llenas de cartas , dibujos de él y uno que otro con todos los chicos.
También en las paredes habían unas cuantas repisas con muñecos de... ¿peter pan? ¿Castores? ... ¿Eso es un castor?

Quiero Ser Tu Chico Malo |Bryan Mouque|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora