Capítulo 16

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Habían pasado menos de treinta minutos desde que las chicas y yo llegamos a la dichosa fiesta y estaba más aburrida que en las clases de historia que da el profesor Carlos, y creanme son realmente aburridas.

Debo de admitir que el lugar en donde estamos "disfrutando" de la fiesta es inmenso, que digo, enorme.

Yo no creía que Carmen tuviera amigos realmente ricos o mejor dicho millonarios que tienen una mansión del tamaño de un centro comercial como hogar.

Aunque el amigo de Carmen, Alex, esta más que bueno con esos músculos y su bella sonrisa de comercial de dientes, es más malo dando fiestas que mi madre tratando de contar un chiste que de verdad sea bueno y haga reir o más malo que mi padre tratando de hablar sobre sexualidad con Ariana o conmigo.

Di un ultimo sorbo a mi soda y me levante de la barra. Si sigo así terminaré muriendo de aburrimiento.

Divisé una puerta y esta al ser de cristal me daba una vista hacia lo que había detrás de ella. Era increíble lo que veia, una alberca de ese tamaño solo se encontraban en los clubes campestres y lo que había alrededor de ella eran metros y metros de patio lleno de todo tipo de flores y arboles.

¡Tal vez podría matar el aburrimiento un poco!

Pensé realmente que las fiestas de ricos eran más divertidas que las fiestas normales a las cuales yo he asistido y me muestro claramente más que equivocada.

Caminé por todo el alrededor de la gran piscina que esta llena de gente hasta que llegué al mini parque lleno de todo tipo de flores, pequeños arbustos y en medio una fuente con un ángel de piedra en la cima.

Ahora que lo estoy pensando bien, hubiera sido mejor haber aceptado la invitación de los chicos creo que ahí nos hubiéramos divertido más que en este intento de fiesta.

Hablando de chicos, a las chicas no las he visto desde que atravesé la puerta para entrar aquí. Mm... Tal vez estén por ahí tratando de ligar con algún chico guapo que ande por aquí en la fiesta.

-Hola, lindura- dijo una voz masculina detrás mio y exactamente conocía esa voz.

Él o mejor dicho Max se coloco en frente mío, debo de decir que le queda excelente esa camisa color azul aunque como ya dije su actitud de chico engreído que se cree guapo y que todas las chicas querrán tener una noche salvaje con el arruina todo su gran y hermoso físico.

Lastima.

Que desperdicio de hombre.

-Hola- dije seca mirando hacia la fuente evitando mirarlo a él.

- ¿Por qué estas tan solita, lindura? ¿Tu intento de macho no te quiso acompañar?- pregunto sarcástico.

- ¿No hay otra persona a la que le vayas a joder la vida?- pregunte irónica al mismo tiempo que daba varios pasos hacia atrás dejando más de un metro y medio de distancia entre Max y yo.

-Me encanta molestarte- admitió mostrándome una gran sonrisa.

Max comenzó a dar unos pasos lentos y cortos hacía mi. Trague saliva fuertemente, estoy preparada para un golpe en la entrepierna y salir corriendo. Pero, para mi suerte, se detuvo.

- ¿Qué viste un fantasma?- pregunte sarcástica.

-Hola, amor- dijo él detrás mío mientras pasaba sus manos por mi cintura en forma de abrazo. Ni siquiera tenia que verlo a la cara para saber quien es, tan solo con escuchar su voz sabia que era él. Era Bryan - ¿Te esta molestando?- pregunto colocando su cabeza en mi hombro.

- No amor - sonreí.

¿Cómo carajos fue que él supo la dirección exacta del lugar?

Que yo recuerde Carmen nunca le dijo exactamente en donde sería la fiesta.

-Bueno, más vale que tú, te alejes de MI NOVIA- le advirtió a Max racalcando las últimas palabras.

Me quede sorprendida. Él, Bryan, había dicho que yo era SU NOVIA de una manera tan posesiva tanto que daba a entender que no quería que Max se acercara ni un poco a mí.

Lo dijo de una manera que sonaba tan real, ¡tan creíble!, como si de verdad yo fuera de esa manera tan importante para él.

-Amor, vamonos- dijo sacandome de mis estúpidos pensamientos a la vez que tomaba mi mano entrelazando nuestros dedos.

Apretó mi mano suavemente al mismo tiempo que me daba una sonrisa reconfortante y comenzó a caminar consiguiendo que yo le siguiera el paso torpemente.

¿Por qué me comportó así?

¿Por qué estoy así?

Eso ni siquiera yo lo sé, es decir, no es la primera vez que Bryan me toma así de la mano aunque si es la primera vez que doce que yo soy si novia.

¿De verdad me estoy comportando así?

¡Dios!

¡Estoy actuando como una idiota!

Mire hacia todos lados tratando de captar en donde me encontraba, ya que, no era dentro de la gran casa sino que estábamos afuera, en la calle, frente a un automóvil enorme color negro.

- ¿Qué haces aquí?- le pregunte a Bryan algo, aun, atontada.

- Fingiendo que somos novios, ¿No?- se encogió de hombros.

- ¿Cómo sabías que estábamos aquí?- solté su mano dejando instantáneamente una sensación de vacío en ella.

-No importa, tenemos que irnos- coloco su mano en la manija de la puerta.

- ¿Qué? ¿Por qué?

-Tenemos que irnos- volvió a repetir algo desesperado.

-No me iré si no me dices el porqué - me crucé de brazos algo enojada y lo fulmine con la mirada.

-No te diré nada- el también se cruzó de brazos.

-Pues no me iré- me encogi de hombros. -Mejor volveré a la fiesta - me di la vuelta con la intención de marcharme.

- ¡Espera! - tomo mi brazo obligándome a dar la vuelta hacia él -Te diré.- soltó mi brazo - Unos amigos, pandilleros, vendrán aquí a 'Mejorar' la fiesta- hizo comillas con sus dedos dando énfasis a la palabra mejorar.

Sabia a lo que Bryan se refería al decir mejorar, es decir, simplemente esto se pondría del asco y la fiesta pasaría a un antro lleno de alcohólicos teniendo sexo por cualquier lado de la casa con drogas y quien sabe que otras cosas, pero, lo seguro es que esto se pondrá peor.

-Tenemos que llamar a la pol...

-No podemos- me interrumpió.

- ¿Por qué?

-No podemos, solo vámonos... Por favor- me pidió mirándome directamente a los ojos.

Sus hermosos ojos.

-Pero, las chi...

- ¡Ya, _______!- grito Ariana desesperada al abrir la puerta del automóvil negro. - ¡Mete tu trasero al maldito automóvil!

Ahora si que Ariana se había enojado.

Volteé a ver a Bryan quien me miraba divertido. Se acerco a mi lentamente pasando sus manos en mis hombros.

Lo divertido se había ido de su bello rostro y un semblante serio lo había remplazado, sus ojos me miraban fijamente y yo solo tenia ojos para verlo a él.

Se acerco ami oído haciéndome estremecer por dentro.

-Es mejor que entres a la camioneta- susurro muy cerca de mi oído - creo que sino lo haces nos partirá el trasero a los dos y.... ¡Yo amo mi trasero!- río a carcajadas mientras abría la puerta del copiloto.

Suspire pesadamente y a regañadientes subí al automóvil corriendo la puerta detrás mio después de sentarme sola.

El automóvil es enorme por dentro, más de doce asientos y yo estaba sentada sola gracias a que las chicas estaban muy abrazadas a sus galanes.

Mire a Bryan, quien, hablaba felizmente con Alan quien manejaba el automóvil.

¡Maldito, Bryan!

Nadie me había hecho eso.... Y eso, no me gusta.

Quiero Ser Tu Chico Malo |Bryan Mouque|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora