Quiero Ser Tu Chico Malo |Bryan Mouque|

Capítulo 9

- ¿¡Qué!?- grité enojada y fastidiada al despertarme.

Ariana no había parado de agitarme y moverme y mágicamente no pude dormir en todo ese tiempo.

-¡Tienes que ver a la tía Marta!- estalló a carcajadas -¡Tiene la cara roja e hinchada— volvió a reír.

- ¿¡En serio!?- pregunté pasmada.

Tengo que admitirlo, ¡Esto me hace sonreír!

-Hasta le tome una foto- me paso mi móvil.

- ¿Con mi móvil?

-Fue el primero que encontré - se encogió de hombros -Pero, ¡Ve la foto!

Mire la foto.

Mi tía Marta parecía un tomate por lo rojo de toda su cara hinchada. No parecía mi tía a primera vista nada que ver con la tía que vi ayer cuando empezó a insultarme.

¡Karma!

Exactamente, ayer después de Bryan pasara dejarme a casa mi tía me había insultado por mi mal gusto al momento de vestirme porqué no le gustaba la falda que yo traía puesta. Sí, no le gustaba. Dado a que según ella yo estoy gorda, obesa y otros miles de insultos más que dijo ayer.

-Vaya- estalle a carcajadas.

-Si- empezó a reír a carcajadas -Al parecer se intoxicó con algo- dijo observando la imagen.

¿Intoxicado? Lo único que puede hacer algo así son las almendras.

-Chicas- dijo mi madre entrando por la puerta -Necesito que me ayuden- Llamó nuestra atención -Ariana ve con tu padre y tú __________ ve a comprar esto - Me entrego un papel - a la farmacia- ordenó - ¡Rapido chicas!- gritó desesperada al momento de salir.

Me puse mis sandalias y salí corriendo de mi casa.

Tenia que ir a las cinco de la mañana a comprar un estupido medicamento a mi estúpida tía.

¡Es tan aburrido!

La calle estaba oscura, solo eran las lamparas que alumbraban pequeñas partes de ella.

Mis padres harían todo por mi tía. Sí. Incluso mandarme a las cinco de la mañana a una farmacia que esta a cinco cuadras de mi casa por la calle que esta completamente oscura con el riesgo de que me secuestraran y violaran.

¡Que lindos son mis padres!

Cruze la calle de la primera cuadra. Sí, ¡Solo me faltan cuatro cuadras más y llego!

El lugar esta completamente vacío, soy la única loca en la calle a esta hora.
¡Genial!

Un par de pasos se escucharon detrás mio y cada vez se acercaban más a mí.

Aceleré el paso. Ni siquiera voltee a ver quien era, solo camine casi corriendo, pero aún esos pasos seguían escuchándose cerca de mí.

Esto me asusta.

Me estoy asustando.

Podría ser un secuestrador o aun peor un violador.

- ¡Si sigues corriendo no podre alcanzarte!- gritó.

¡Maldito!

- Maldito, ¡Me espantaste!- giré a verlo. El estaba de lo más normal caminando en dirección a mí. Traía puesto un pijama verde a cuadros con una camiseta blanca dejando a ver sus brazos bien trabajados. -Eres un idiota- grité enfadada.

-Perdoname por querer aconpañarte- se defendió.

- ¿Acompañarme?- pregunté confusa - ¿Cómo sabrías que saldría?