MEMORIAS

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Recuerdos de Ágata

Ágata

Cuando Vania me presentó a Fabio tenía esa sensación extraña, como si ya lo hubiera visto antes, pero eso no podía ser, Fabio era un ángel de la muerte puro, él había nacido así...

Aero entrenaba al chico y le ponía especial cuidado cuando me acercaba a él. No entendía por qué Aero se comportaba así, siempre se excusaba de que Vania le había puesto esa encomienda y que él podría cumplirla sin ayuda alguna. Siempre me pareció extraño pero no le di demasiada importancia.

No fue sino hasta después que empecé a recordar lo que había hecho, yo había sido un ángel blanco.

Vagos recuerdos se quedaban incrustados en mi mente, pero algo era certero... Había maldecido a alguien, a una mortal. Con desesperación busqué a la mortal, pero no obtenía resultados.

Había muchas cosas que me distraían en ese momento, al ser un ángel de la muerte el tiempo y espacio se comportaban de manera diferente, no era fácil de explicar, pero mi mente lo comprendía, comprendía esa diferencia.

Buscaba respuestas en otras dimensiones esperando encontrar la manera de romper la maldición, pero siempre me dirigía a caminos cerrados, era como estar dentro de un laberinto sin salida.

Empecé a llamar la atención de Aero, especialmente cuando desaparecía de las cuevas dimensionales sin permiso alguno. Sin darme cuenta Aero se había enterado de todo lo que realizaba en mis travesías.

Cuando Aero descubrió mi obsesión por lo desconocido pero principalmente por solucionar el problema de la maldición de la mortal fue ahí cuando me dijo que Fabio era el chiquillo que asesiné para lograr maldecir a la mortal.

Tras indagar en el nacimiento de Fabio como ángel de la muerte puse especial atención a lo que Aero decía sobre Fabio, la más pequeña pista podría ayudarme a localizar a la mortal que maldije. Con el tiempo Aero me dijo el nombre de la niña. Saya. Siempre lo tendría presente.

Ponía atención a todos los casos con ese nombre, pero eran muy pocos los que yo podía efectuar. No quería levantar sospechas, no mientras Saya seguía con esa maldición tan terrible.

Lo único que había obtenido de Aero era una advertencia. Fabio al alinearse con el tiempo en el plano mortal. Con Saya. Desencadenaría algo, algo importante. Inmediatamente lo vinculé con la maldición.

En mis viajes a las otras dimensiones me topé con Cupido, ambos buscábamos sobre maldiciones en la librería de Alejandría... y supe que había interrumpido el enlace de almas gemelas entre Fabio y Saya.

Ahora lo que me había dicho Aero tenía más sentido. Fabio y Saya eran almas gemelas, al romper su vínculo con mi maldición, Fabio se convirtió en ángel de la muerte y algo pasaría cuando el tiempo se alineara.

Lo que pasaría de seguro sería terrible. Conforme el tiempo transcurrió me di cuenta de esa sensación extraña. De ser controlada y empecé a tener esas lagunas mentales.

Vania en varias ocasiones me preguntó si me encontraba bien, o me reclamaba por no haber cumplido mis recolecciones de almas en tiempo y forma. Me preocupaba no tener el control.

Cuando vi el archivo de Saya en manos de Vania ya había recuperado la mayoría de mis recuerdos de cuando fui un ángel blanco. Al fin encontré a Saya, traté de protegerla de todas las puertas dimensionales que se abrían a su alrededor pero se multiplicaban día tras día, Aero terminó sellándolas, era la única forma de mantenerla a salvo.

Sin el permiso de Vania recurrí a Charyes para que me asignara el caso de Saya a mí. Pero el consejo se lo dio a Fabio. Con ese dictamen no pude acercarme a Saya a partir de ese día, no era un ángel guardián y Charyes no pudo hacer mucho después de eso.

En retrospectiva estuvo bien la decisión del consejo, Fabio podría estarmás tiempo al lado de su alma gemela y cuando el tiempo llegara podría tener unplan de contra ataque para esa maldición que implanté en Saya. 


Las Crónicas del Ángel de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora