Las Crónicas del Ángel de la Muerte

Controversia-EDITADO

Aero

Estaba tan cansado de huir, siempre había sido así, desde detrás de las vallas veía las injusticias y jamás pude defender mis ideales, llega ese punto de quiebre donde tienes que tomar una decisión, cambiar tu destino o sufrirlo.

La energía corría por mis venas, por un lado sujetaba a Erick para que Ágata pudiera hablar. Y por el otro sentía ganas de devolver por tanto atrevimiento de mi parte, era como si de pronto la valentía se pusiera de mi parte, por fortuna Erick no me mató en ese instante...

Al llegar al lugar y ver la cortina cerrada fue fácil encontrar la manera de abrirla, estaba tan familiarizado con las cortinas dimensionales como si de caminar se tratara. Antes de pensármelo 2 veces entré y salí de ahí con 2 alados blancos y 1 humano.

La tensión se podía cortar con unas tijeras de tan tangible que se presenciaba. Los mensajeros celestiales se reunieron y se actualizaron en noticias. Miku actuaba como el soporte de Saya en lo que recuperaba sus fuerzas. Fabio... bueno él estaba en una batalla interna.

El juicio empezaría pronto. Dori regresó a su centro de control. Alguien de lo desconocido estaba suelto en ciudad blanca, y por sus intenciones todos los seres alados corrían peligro. Tratarían de evitar el colapso de la dimensión, había mucho en riesgo y Gabriel no divisaba nada al respecto.

Nos adentramos en ciudad blanca. Erick haciendo hincapié en encontrar a Vania primero y platicar con ella y evitar en lo posible una confrontación entre los alados blancos y obscuros.

Era atemorizante que Gabriel no supiera que había servido en charola de plata, que digo de plata de diamante puro, a más de una dimensión. No comprendía por qué Gabriel hacía todo eso. El silencio empezaba a asfixiar.

Tal como lo supusimos todos estaban reunidos en la plaza común un espacio abierto pero sin salida alguna, edificio colindaban en todas dimensiones y eran muy altos para escapar de ahí.

Nadie sabría que estábamos ahí, estábamos seguros hasta cierto punto. Saya se culpaba a sí misma el haber permitido la entrada de alguien de lo desconocido, sin duda era algo que generaba más estragos de los que pasaban actualmente en la dimensión de los ángeles blancos.