Mortal-EDITADO

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Miku

Pensé que todo acabaría cuando llegara a la cortina dimensional en el lugar donde se quedaba A.Stan, pero no fue así, ángeles guardianes de alto rango resguardaban la zona, y no dejaban acercar a nadie.

De alguna manera logré calmarme y seguí mi rutina diaria, lo que menos quería era que Al. Gabriel empezara a ver que me comportaba de manera extraña. Tampoco era como si supiera que fui yo la que estuvo en esa cortina dimensional. Pero era mejor ser prevenida.

Volando un día sobre ciudad blanca encontré a Silver en las afueras de la ciudad, tenía lágrimas en los ojos.

Ya había pasado tiempo desde que descubrí que Silver no era un ángel blanco al 100% y aunque me daba miedo entablar una conversación con ella, me acerqué.

Silver rápidamente puso sus brazos alrededor mío y empezó a sollozar, quedé petrificada. El contacto físico no era algo que hacíamos nosotros los ángeles blancos. Pero por alguna extraña razón, lo permití.

Empezó a balbucear que era un monstruo, y siendo brutalmente honesta, por lo que había visto, le dije que así era. En ese mismo instante ella se dio cuenta que yo sabía lo que estaba pasando con ella. Nació un poco de complicidad entre las dos.

Silver me mantenía al tanto de lo que pasaba con ella, ahora era más frecuente que la mantuvieran en esa cortina dimensional, experimentando con ella o algo parecido.

Cuando Silver se encontraba en ciudad blanca, me reunía con ella y Al. Gabriel lo había notado. Por fortuna yo estaba a cargo de su avance como ángel y constantemente regañaba a Silver por hacer trabajos mediocres.

No tenía que fingir demasiado, Silver cometía muchos errores, tal vez no tenía vocación para ser un ángel blanco, pero lo era y tenía que empezar a actuar mejor como uno o de lo contrario le cortarían las alas y sería un ángel caído. No era algo lindo que imaginar.

Siempre daba mis vueltas al lugar de A. Stan y justo en el día que Vania acudió al juicio que Al. Gabriel le haría, los ángeles guardianes de alto rango acudieron a lo que era el salón del consejo. Pude enviar la señal de que había encontrado información importante sobre el caso de Silver, al que Erick, el grande nos encomendó a mi mentor A. Stan y a mí.

No tardó mucho tiempo en que apareciera el mensajero celestial, esperaba que fuera Erick quien atendiera mi llamado, pero quien lo hizo fue Dori.

Dori había entrado por un portal dimensional, solo servían una vez y jamás se abrían en el mismo sitio, era la forma de transporte más peligrosa conocida, y aún así él entró a la cortina dimensional de esa forma.

Le di el reporte, Silver era una ángel artificial, eso ya lo sabían, pero lo que no sabían era sobre Luxa, el híbrido que tomaba el control del cuerpo físico de Silver para poder infiltrarse de manera ilegal en ciudad blanca sin ser detectada, y Shitala que era alguien de lo desconocido y que planeaba algo grande y que estaba dentro de Luxa.

Era una explicación demasiado absurda pero implicaba que esa infiltración había sido pensada para que no se descubriera el contacto con Shitala. No sabía que estaba planeando Gabriel y Charyes al hacer contacto con alguien que definitivamente no era de subestimarse...

Una ráfaga de aire nos alertó de la presencia de alguien más, Dori y yo estábamos a punto de lanzarnos contra la amenaza pero vimos que se trataba de Silver, estaba mal herida y desvaneció en los suelos debajo de nosotros. Rápidamente revisamos los alrededores y nadie estaba a la vista.

Silver se incorporó en los siguientes segundos, pero su condición era débil, Gabriel había extraído a Luxa de Silver.

Una humana estaba delante de nuestros ojos. Una humana en el plano divino... ¿Cómo pasó tal cosa?


Las Crónicas del Ángel de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora