Capítulo 31.

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Después de eso, ese mismo día se retiró de las grabaciones por "asuntos personales". Pasé una semana sin saber de ella ya que luego de eso no volvió con la misma excusa con la que se había ido esa mañana. La verdad estaba mejor así, no tenía ni la menor maldita idea de cómo actuar al tenerla enfrente, mucho menos qué decirle. Con solo ver la portada del libro que tenía pendiente, el dibujo de Keisy o su número en mi celular mi mente estaba horas recopilando momentos en los que fingí ser ciega y otros tantos en los que en serio lo fui.

Pasábamos la mitad del tiempo discutiendo y la otra mitad con comentarios pasivo agresivos, dijo más de una vez que mi actitud le desagradaba y que mientras más lejos me tuviera mejor, era absurdo solo pensar que pudiera sentir algo por mí aparte de ese desprecio que poco a poco fue evolucionado a lo que yo veía como preocupación por mera culpabilidad.

Puede ser que ese beso no haya significado nada para ella. Y, me encantaría poder creer en eso, todo sería más fácil, pero por su reacción y echando un atisbo al pasado no puedo convencerme de que es así.

Si sientes algo por mí... No me lo digas, por favor.

No te lo voy a preguntar, pero no me lo digas.

Llegué ese día al estudio sin esperar que yendo a mi camerino me la encontraría en el pasillo. Ambas detuvimos el paso y nos miramos en completo silencio. Nuestros ojos habían aprisionado a los de la otra sin remedio hasta que a los segundos desviamos el rostro al mismo tiempo pero en diferente dirección.

—Buen día.—Murmuró.

—Bue-buenos días señorita Ward.—Tartamudeé y me sentí como una idiota por ello.

Volvimos a quedarnos mudas, era evidente que queríamos hablar pero no sabíamos cómo. Suspiré para darme fuerzas de ser la primera en decir algo.

—Ellie...—Tragué con fuerza. Percibí su mirada sobre mí, pero no podía devolvérsela.—Sé que ese beso no fue una declaración de amor ni mucho menos. Sólo quería dejarte en claro que... Lo siento si te di señales confusas, pero yo no... A mí no me gustan las...—No pude completar ninguna de esas oraciones con lo que debía.— Yo no soy como tú.

—¿"No eres como yo"?

—Sí... Yo soy...—Sentía un vomitó verbal donde agarré la primera idea que pude.—...Normal.

Me paralicé al escuchar lo que salió de mi propia boca.

—¿"Normal"?—Repitió en un tono severo.

—No quise decir eso...—musité.

—¿Entonces qué intentaste decir?

—Que... Soy he... —Tomé aire y me rendí.—Soy normalmente estúpida y esclava de mis palabras.—Llevé una mano a mi frente avergonzada.—Solo... ¿Puedes hacerme un favor?

—¿Qué?

—¿Podemos hacer como si eso jamás hubiera ocurrido? Y... por favor, también... No... No te acerques más a mí, no hace falta que me hables ni me saludes... Me... Me parece buena idea la distancia que quieres, no te voy a reclamar más por eso.

No hubo respuesta por un largo tiempo. Ansiosa subí mi vista para verla, noté un su semblante con un ápice de tristeza y dolor. Tal vez fue una mala apreciación mía, pero mi corazón se retorció por lo que había causado.

—Bien... No hay problema, yo también creo que lo que pasó fue un error.—suspiró.— Le deseo un bonito día señorita Kelly.

¿"Error"? Yo jamás dije eso...

Me devolvió la punzada en el pecho, pero lo creí justo. No dije que fuera un error, pero sí lo fue y di a entender eso.

Pasó por mi lado y dejé escapar todo el aire que guardaba en mis pulmones cuando al fin me había dado la espalda, cerré los ojos. Oí sus tacones resonar por el lugar y al dejar de escucharlos mis hombros se recargaron con un peso enorme.

Después de la tempestad.Where stories live. Discover now