Capítulo 29.

2.9K 377 76
                                    

ˏˋ°•*⁀➷

Chicos, perdonen si la pregunta atrevida, pero mucha gente quiere saber y me incluyo en eso si esas miraditas que compartían al momento de grabar también existían detrás de escena.

Esa pregunta era a la que íbamos a contestar: "No, solo somos amigos", pero obviamente agregándole un poco más de humor en lo posible. Miré a Nathaniel diciéndole que yo iba a contestarla, dejamos sonar la música romántica que habían puesto unos segundos y abrí mi boca para dar la respuesta que rompería todo ese ambiente.

—Que pregunta Philip... Nosotros...—Me interrumpió y dedicó una sonrisa.—Preferimos guardarnos el secreto.

Con ese tono y expresión era obvio lo que sugería. Me molesté porque no siguiera lo acordado, pero no podía empezar a reclamarle en televisión abierta y frente al público.

—Sí, los detalles se van con nosotros hasta la tumba. —Reí para continuar con el juego.

Los efectos especiales de risas que insinuaban "coqueteo" no se hicieron esperar. 

ˏˋ°•*⁀➷

—Nathaniel, ¿Qué carajos pasa contigo? eso no era lo que habíamos acordado cuando leímos las preguntas.—Reclamé una vez lejos de las cámaras.

Íbamos por el pasillo caminando hasta donde se encontraban nuestros representantes esperándonos.

—Había que mantener al público entretenido.

—Independiente de eso; no era el plan.

—Si no me hubieras ignorado desde que llegaste aquí podríamos haber llegado a un acuerdo mejor. Te escribí varias veces para vernos y ni siquiera el visto te dignaste a dejar.

—Oh, ¿Así que se trata de eso? ¿Estás dolido porque te ignoré?

—Antes de irte dijiste que me darías una segunda oportunidad.

—No te dije eso, dije que lo pensaría.

—Cómo sea. —Se encogió de hombros restándole importancia.— ¿Tienes el resto de la noche libre? Podríamos ir a alguna parte.

—No. Todo lo que quiero es llegar con Vicent e irme a casa.

—Eso será un problema...

—¿Por qué?

—Le dije a mi agente que le dijera al tuyo que nosotros te llevaríamos a casa, pero también le dije que se fuera así que seremos solo tú y yo.

Lo miré de reojo irritada, me dio una sonrisa burlona y decidí vengarme. Puse un pie delante suyo para hacerle una zancadilla y tropezó cayendo al piso. Detuve mi paso para mirarlo allí, me sentí un poco mejor.

—Mierda...—Se quejó.

—Eres un idiota.

Estuvo un rato sin moverse, empecé a reírme porque no dejaba de reclamar como si acabaran de atropellarlo.

—¿Te vas a levantar o no? Ve a dejarme a casa, no quiero pagar un taxi.

En poco menos de media hora ya estábamos juntos en su automóvil y camino a mi hogar. Solo me limité a sentarme en el copiloto, cruzar los brazos y mirar por la ventana respondiendo con monosílabos a sus preguntas que buscaban saber cómo estuve durante el viaje. Estaba más pendiente en organizar los siguientes días para poder trabajar e ir a ver a mi abuela seguido.

—Juno... Sabes... Creo que nos veríamos bien juntos.

De inmediato logró que volteé a verlo dándole mi atención de la que carecía hasta ese momento.

Después de la tempestad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora