Capítulo 3.

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Ha pasado casi dos meses desde inició el rodaje y he hablado tres veces con ella, todos encuentros desagradables que me hacen ya ni siquiera estar presente.

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Es la primera vez que trabajo con Ivy, solo nos habíamos visto en eventos un par de veces antes cuando tenía dieciséis más o menos y tenemos casi la misma edad, nos llevamos solo dos años.

Fue una sorpresa grata el que congeniamos tan bien, de hecho los tres más jóvenes nos volvimos una alianza al estar rodeados de tanta gente mayor.

Fuimos a la sala de descanso después de haber estado grabando todo el día, tomé asiento en una de las sillas giratorias, empecé a darme vueltas, Ivy se acercó para ayudarme con eso y en unos segundos estaba muriéndome de risa hasta que de manera inevitable por lo rápido que iba caí al piso con silla y todo encima.

¡JUNO! Gritó preocupada acercándose para ayudarme. ¿Estás bien?

Estaba un poco aturdida pero no me golpeé fuerte en ninguna parte, por lo que retomé mis carcajadas sin moverme de mi posición hasta que escuché como la puerta se abría, maldije por lo bajo cuando noté que era ella. Topamos miradas, ladeó su cabeza frunciendo el ceño.

—¿Qué hace en el suelo?

—Está cómodo y la silla le agrega elegancia, debería intentarlo.

Rodó los ojos mientras cruzaba sus brazos.

No se juega con los bienes materiales del set señorita Kelly, deje de actuar como una niña, levántese y acomode la silla. Me ordenó en tono severo.

Ivy se quedó callada mirándome como si quisiera mi perdón. Yo solo me limité a obedecer como no suelo hacerlo, pero de mala gana y dejando en claro que ella a mí tampoco me agrada.

Nos quedamos mirándonos en guerra unos segundos, no niego que la espectadora de esto pueda notar a kilómetros que no congeniamos muy bien que digamos. Hasta que sin decir otra palabra se fue otra vez.

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Juno, ¿Podría ir a buscar a Ellie? Creo que está hablando con las de vestuario. Pidió Tristan.

Yo acababa de llegar, miré alrededor buscando alguien más, pero las pocas personas qué habían estaban ocupadas. Pensé en decirle que tenía otra cosa que hacer, pero de todas maneras tenía que ir a vestuario.

Claro, voy. Después de todo no voy hablarle por gusto.

Fui hasta allí y apenas abrí la puerta la vi, estaba hablando con una de las chicas. Tomé aire e intenté parecer lo más cordial y amigable posible.

Disculpe, señora Wa-...No alcancé a terminar.

No me interrumpa cuando estoy hablando con alguien más. Dijo haciendo con su mano una señal de "alto" sin siquiera voltearme a ver.

No pude evitar quitar mi sonrisa con desagrado.

El director la está buscando, quiere hablar con usted. Procedí de todas maneras.

Al fin giró su cuerpo, me miró tan arrogante como siempre y luego desvió los ojos.

Ya vuelvo. Le dijo a la muchacha y se fue.

Después de la tempestad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora