Después de la tempestad.

Capítulo 27.

Esa misma tarde cuando llegué a casa, luego de apretar a mis gatos y que me recibieran muy cariñosos para mi sorpresa, antes de continuar leyendo el libro que me regaló decidí terminar de una vez por todas «Último Alborada».

Estuve toda la noche así y la historia era lo que esperaba; bonita, trágica, utilizando ese lenguaje tan característico que tiene ella, apelando a metáforas posibles gracias a que también tenía una gran parte de fantasía, todo demasiado poético como para luego terminar con un vacío tremendo porque tanto en la película como el libro las almas no terminan juntas y se deja en claro que jamás lo estarán.

Me surge la duda de cuál de sus miles de personalidades escribió eso, si alguien más me hubiera dicho que E.M.W era esa mujer jamás lo habría creído porque son como dos polos opuestos; su frialdad y el don de transmitir todo tipo de emociones en libros.

La luz de mi velador estaba prendida, mis gatos dormían a mi lado dejándome solo un rincón en mi cama matrimonial. Había mucho silencio y me quedé a solas conmigo misma, escuchándome, eso me irrita y ahora aún más porque lo único que podía pensar era en ella.

Hace casi dos semanas todo lo que quería era escupirle en la cara, ahora no sé si todavía lo quiero hacer. Me mostró una parte de su persona contrastante a lo que había sido hasta ese momento y me confunde a más no poder, tal vez luego me haga perder la poca cordura que me queda.

Era molesto ese sentir, en especial porque tuve el fugaz pensamiento de escribirle para saber cómo llegó a su casa, pero de inmediato descarté esa idea al notar lo absurdo que era. No tengo motivos para hacer algo así, no me incumbe nada respecto a su vida y quizá me deje el visto al igual que en el único mensaje que tenemos.

Perdone por lo que dije hoy y gracias por preocuparse a pesar de mi pésima reacción. No estoy embarazada por si se lo preguntaba.—

Visto, 11:37pm.

Eso fue hace más de dos meses. Creo que lo que más me enoja de todo es no poder odiarla o porqué por momentos dejo de lado mi orgullo y rencor para hablarle. Yo no soy así, ¿Por qué actúo así?

—Hola, espero esté teniendo una buena velada señorita Kelly. ¿Cómo le fue con su abuela? ¿Todo bien?

Me dio un mini infarto e incluso tuve que tallar mis ojos, salir del chat y entrar de nuevo para comprobar que ese mensaje no hubiera sido producto de mi imaginación.

¿Me escribió? ¿Ella a mí...?

¡¿Y POR QUÉ JUSTAMENTE CUANDO ESTOY VIENDO SU CHAT?!

¡¿ME LEE LA MENTE O ME ESTÁ VIGILANDO?!

Pasé mi vista por toda mi habitación buscándola, sabiendo bien que esa posibilidad era absurda así que solo quedaba la opción de que me leyó la mente.

Me costaba reaccionar, estuve un rato con el cerebro en blanco hasta que caí en cuenta que ya le había dejado el visto, el "En línea" volvió aparecer. Suspiré buscando valor para contestar.

Hola, buenas noches. Me fue muy bien, gracias por preguntar, ella se está recuperando rápido y parece que la cirugía fue todo un éxito.—

De inmediato apareció el "escribiendo".

—Me alegro mucho por usted.

No parecía un mensaje con el afán de continuar la conversación, sentí un poco de decepción pero no demasiada.

—¿Ya llegó a casa?

Me regañé por la sonrisa boba que se me escapó.

Sí, de hecho ya me estaba por ir a dormir con mis gatos.—