CAPITULO 27

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VANCE

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Cinco días y estoy harto de estar en la cama sintiendo que el culo se me adormece y que para despertar tengo a una gallina molesta que me pica la cara mientras Romi suelta a reír. Lo vale, puede que no sea fan de la gallina que para todo me quiere molestar, sin embargo, vale la pena ver que Romi suelta a reír de nuevo con todas las travesuras que hacen juntas.

Mindy por su lado está descansando, bajo a verla dos veces al día para asegurarme que se encuentra bien, está luchando contra esto y el verla decaída me anima más a querer salir corriendo de la cama para acabar con ese hijo de puta.

En el caso del sicario que salió corriendo, Alex y Dric ya lo encontraron para sacarle información. El bastardo que mandó a matar a Willa fue obra del hijo y del padre, el padre se mantiene en Londres mientras que el hijo al salir de la cárcel se pasea con todas las ganas del mundo. Comenzó a vacacionar hace nada con la intención de volver a conectar con el mundo.

Yo mismo lo voy a desconectar.

Preparo las armas mientras veo que mi esposa está preparando un par de postres que necesitan congelarse por la noche. Me acerco a ella por detrás, tomando su pequeña cintura.

Me he dado cuenta que desde lo sucedido con los padres de Tabatha, todo su pesar, un par de manías y sus miedos se han ido por completo. Esas muertes le causaron la liberación que tanto estaba ansiando, el cambio se nota aún más al ver lo bien que se siente en su nueva piel.

Me encanta mencionarlo todo el tiempo en mi cabeza y es que esta nueva piel suya me tiene perdido.

Inocente y malvada.

—Romi está viendo una película con Popi, está bien y eso me reconforta mientras voy a estar afuera.

—¿El viaje durará mucho?

—No, voy de entrada por salida, tengo que aterrizar en Cancún, lo tengo ubicado y la diferencia horaria no es demasiada —le explico—. Estaré llegando a las doce de la noche y de regreso estaré aquí a las cuatro de la mañana.

—Tienes que tener cuidado, sé que llevas a un anillo de seguridad, pero sabes que me da miedo que vuelva a suceder lo de hace una semana.

—Lo sé, voy a tener cuidado y Dric viene conmigo así que todo va a estar bajo control.

—De acuerdo, espero que la pequeña se duerma sin problemas, ahora no lo hace si tú no estás en la cama también.

—Le está costando un poco hacerse a la idea de que Willa... no va a volver.

—Lo sé, por eso no me molesta y tampoco me molesta que Popi duerma con nosotros.

Cuando gira besa mis labios porque sabe lo que pienso al respecto.

—No me agrada mucho la gallina.

—Tienes que ser paciente con ella, está disfrutando de la vida...

—Y curando sus traumas cuando estaba en esa casa —finalizo por ella porque es lo que me ha estado repitiendo estos días—. Me tengo que ir, cualquier cosa te la hago saber.

—De acuerdo y ten cuidado.

Termino asintiendo, mucho antes de que salga por la cocina, estampa sus labios sobre los míos. Mi mano migra hasta su nuca para profundizar más el beso, disfruto mucho de su sabor, de sus pequeños gemidos cuando la muerdo o la tomo del culo para acercarla más a mi cuerpo.

Cuando me alejo sé muy bien que no tendré suficiente con ella, sé que siempre tendré que estar a su lado para funcionar de la manera adecuada día con día. Voy a la sala de estar en la que Romi entierra la cuchara en el plato con bolas de helado y come mientras ve la película con su gallina.

Inocencia malvadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora