CAPITULO 8

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TABATHA

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Es difícil darte cuenta que estás ante tu boda, con el vestido que siempre has querido, con el anillo más costoso y que en realidad esta es la vida que te toca continuar no por un tema de elección, sino por la decisión de terceros para que tu vida mejorara de manera abismal.

Un matrimonio que no quería.

Pero me di cuenta que era mi salida, que era el momento para poder volar, para poder dejar de llorar o sentir que me estaba quemando por dentro por todo lo que había pasado en mi casa que era mi hogar. Donde naces, donde vives con tus padres que te enseñan de todo para que seas un ser humano funcional.

Y son los mismos que nos han hecho daño.

Barro mis lágrimas cuando me doy cuenta que todos están esperándome, Vance tiene una casa a las afueras de Nueva York, cerca de un bosque y es una mansión entera donde se llevó acabo la decoración que mandé a poner. Predomina el blanco, el azul y el dorado.

La mayoría de mujeres pueden ver este día como su día especial, como una maravilla, como lo mejor que les va a pasar y que nunca se olvidarán de la elección que han hecho al querer unirse a una persona.

En mi caso, solo lo veo como mi salida porque no estoy enamorada de Vance; sin embargo, tampoco me voy a poner a mentir y es que no me llevo mal con él. Tampoco lo odio. Tampoco lo rechazo, porque es la persona que me liberó de mi propia cárcel para que pudiera vivir tranquila, para que lograra vivir sin llorar un día más o tener miedo de que mi vida corre peligro todo el tiempo.

Está parado en el arco que han formado con una combinación de flores que son hermosas y azules de un tono pastel. Me aferro al brazo de cada una de mis hermanas, papá no está, no me importa porque ellas siempre han estado para mí como yo he estado para ellas.

—Te entrego a mi hermana —señala Nina elevando el mentón—. Esperamos de verdad que no le hagas daño, el que ella desee esto no quiere decir que tienes el derecho de hacerle más daño.

—Es lo que tengo en cuenta, Medaow.

—Cuídala y dale el mundo —pide Reggina—. Que ella se lo merece.

—Lo sé, vaya que se lo merece.

Mis dedos tocan los de Vance que lleva un traje perfecto, negro, hecho a la medida y que le queda estupendo. Nuestros dedos se entrelazan, sus hermanos están de su lado y las chicas están del mío contando con Mindy, Romi y su madre que es hermosa.

Llegó corriendo cuando se enteró que uno de sus hermanos se iba a casar, nos conocimos esta mañana y es una madre perfecta, una chica grandiosa y risueña. Misma que nos saca fotos para luego ver a la persona que nos va a unir en sagrado matrimonio.

No estamos en una iglesia, no obstante, la gente está esperando por este momento y que todo quede perfecto, que todo se de como se debe. Son gente que no conozco, en su mayoría, son aliados de Vance, pero no me importa porque por lo menos no me tuve que sumir en un tipo de boda donde siento que no es para mí, que solo es por la presión.

Que es por cumplir todos los estándares impuestos de una boda.

No me siento preparada para eso, dentro de unos meses voy a cumplir años y no tengo la menor idea de como ser una esposa de verdad. Solo haré mi mejor intento.

Como siempre lo he hecho.

Estoy nerviosa a medida que avanza la boda, tomo su mano en todo momento, se procede a leer cada parte del guión de nuestra boda hasta que la pregunta llega a mis oídos.

Inocencia malvadaजहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें