SIETE

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Becky abrió la puerta ayudándose con el hombro mientras agarraba un ramo de flores frescas con una mano, una bolsa de compra con la otra, y el libro de Freen bajo uno de sus brazos. Al principió trató de empujarla con la cabeza pero eso le hizo recordar - dolorosamente - el golpe que se había dado con la repisa de la trastienda aquella mañana. Y por consiguiente, a Freen. Sonrió.

-Ya pensé que no vendrías a comer - se escuchó la voz de una mujer desde la cocina.

- Tampoco es como si tuviera muchos sitios a los que ir - dijo la chica jadeando mientras soltaba las cosas como podía en la mesa. - Eso ha sonado bastante triste ahora que lo pienso- murmuró más alto de lo que planeaba.

- La verdad es que sí - dijo la mujer haciendo su aparición en el salón mientras se secaba la manos en un paño.

- Hoy me han dado esto para ti - dijo tendiéndole el libro a la anciana, que parecía no entender hasta que leyó el título. Su mirada se iluminó.

- Así que has visto a Freen - dijo sonriendo bajando sus gafas de ver de cerca de su cabeza, donde sujetaban su pelo perfectamente blanco - Mira esto...- admirando el libro - lo ha conseguido. Siempre supe que tenía un talento extraordinario y que al final escribiría su historia. - Acarició la portada de nuevo - Qué maravilla - murmuró mientras le daba la vuelta para ver a una Freen joven con una media sonrisa en la contraportada.

"Y el agua regresaría a aquel lugar con todos los recuerdos y las vidas que no se vivieron. Volvería sin pedir permiso ni perdón. Volvería buscando la paz que arrebató. El agua regresaría porque al final siempre regresaba, y allí estaría, esperando a la lluvia para fundirse con ella y correr al mar, subir al cielo, y caer a la tierra para regresar junto a aquella chica de ojos tristes, que siempre la esperó"

-No tenía a Freen como una romántica - dijo la anciana después de leer la contraportada del libro.

- El libro no habla de amor - dijo Becky - al menos no en un sentido estrictamente romántico-

- ¿Ya lo has leído?- Becky asintió - ¿Pero cómo es eso posible?

- Ayer pasé por la librería y lo compré. Lo he leído esta noche - dijo encogiéndose de hombros - no me mires así, no tenía sueño -

- ¿Y qué te ha parecido? - preguntó la anciana mirando a Becky por encima de sus gafas.

Becky suspiró. El libro de Freen era maravilloso. Era desgarrador, triste, melancólico y a la vez lleno de esperanza y de luz. Sintió cómo se le encogía el pecho.

-Está bien - dijo la chica intentando mostrarse mucho menos entusiasmada de lo que realmente estaba

-¿Y Freen? -

- Perdona, ¿qué?-

- Que qué te ha parecido Freen.- Aquella pregunta la cogió con la guardia baja. Y eso es algo que habitualmente no le ocurría a Becky.

-¿Por qué tendría que parecerme algo? - dijo metiendo las manos en los bolsillos de su pantalón de chándal manchado de pintura porque de pronto no sabía qué hacer con ellas.

-Habréis hablado, digo yo, no sé. No la imagino lanzándote el libro desde la puerta y huyendo. - dijo quitándose la gafas con un suspiro - no la recuerdo demasiado atlética la verdad -

Becky se quedó sin saber qué contestar. ¿Qué le parecía Freen? La imagen de su pelo negro y largo bajo la gorra y sus brazos balanceándose a los lados de su cuerpo de forma adorable asaltaron su estómago.

-No, no me lanzó el libro. En eso has acertado - dijo Becky poniendo los ojos en blanco - No sé. Me pareció muy agradable. Un poco caótica, pero imagino que es algo que tienen los artistas -

- Y...¿has pensado en llamarla? - Becky casi se atraganta con su propia saliva. La anciana no estaba segura de querer saber la respuesta a esa pregunta.

- No me lo he planteado - mintió- Me gusta mucho el proyecto de floristería, y esa va a ser mi principal ocupación mientras esté aquí. Me queda mucho por arreglar antes de poder volver a abrirla- suspiró - Además, que llamarla y decirle oye Freen mira no nos conocemos de nada pero estoy sola en una ciudad nueva y ahora te acecho después de haberme leído tu libro en seis horas. Me parece demasiado hasta para mí -

- Pues a mí me parece un comienzo más apropiado que el que tenías pensado - dijo la anciana pasando sus arrugadas manos por su cabello.

Becky suspiró frustrada. No iba a hacerlo. Además tenía planes para aquella noche aunque Patty no lo supiera. Becky cambiaba a menudo de ciudad por varios meses, y su primera parada siempre era la misma. Esta vez no sería diferente. 





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LEJOS  DE  ERIS  • FreenBecky •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora