A través del Cristal [Cristal#2]

Capítulo 19. Parte 2

Esto era un asco.

Ellie me lazó una mirada como si esperar que hiciera algo, pero dado que yo era la peor persona para iniciar una conversación, solo me encogí de hombros.

—Así que... —mamá dejó los cubiertos, quebrantando el silencio y entrelazó las manos, alzando la vista, la cual se dirigió a Damon—. ¿Qué tienes para decirnos?

Todos giraron disimuladamente a verlo. Dejó el cubierto, masticando su último bocado, luego se lamió los labios, quitando todo rastro de residuos que pudieron haberle quedado y empezó.

—Sabía que no podía volver sin que hicieran preguntas —sonrió irritado.

—Damon —reprendió y él la enfrentó.

—No regresaré si eso es lo que te preguntas. De hecho, cuando termine la universidad me iré aún más lejos —sin intención de ser sutil, habló con fervor.

Ellie empezó a masticar más lento, yo ni siquiera estaba comiendo. El recuerdo de mamá y Damon discutiendo todo el tiempo, era uno que no me gustaba revivir.

—Damon...

—Madre, no estoy aquí para razonar. Ya sé lo que hice mal, ¿puedes no hacer esto al menos por una vez?

Ella tragó saliva, las manos se le hicieron puños y guardó aire.

—Aún eres mi hijo, sé lo que tengo que hacer.

Damon apretó la mandíbula y le sostuvo la mirada por un rato, como si su paciencia pendiera de un hilo.

—No sé cómo creí que esto funcionaría. Damián, lo siento —su mano se deslizó por mi hombro mientras se ponía de pie y tomaba su abrigo.

—Ah...Disculpen —Ellie se inclinó, yendo tras sus pasos apresuradamente.

Damon se detuvo abruptamente, ocasionando que Ellie se chocara con su espalda. Me puse de pie para ver lo que sucedía y demonios...cuando pensaba que esto no se podía poner peor.

—Pero qué hermosa cena familiar, el ver que no me han invitado me hace pensar que no soy parte de la familia para ustedes —Isabel agitó su cabello negro, desplazando sus ojos por el lugar.

—Cálmate, Isabel. De todas formas, yo ya me iba —le dijo.

—Estoy calmada, tu deberías dejar de imponerte sobre mí. Te desapareces por años y regresas como si aun pertenecieras aquí. ¿Por qué volviste? —alzó las cejas, sonando desafiante.

—Eso no importa. Sólo déjame ir, y no volveré a interponerme en tu camino.

Ella se rio sin gracia. Fue un sonido hueco.

—No, ¿por qué no te quedas? Ni siquiera has acabado de comer —señaló la mesa, en donde todos ya habían abandonado sus asientos.

Mamá lucía fastidiada, siempre fue claro que Isabel y Elai nunca le agradaron, pero si tenía que elegir, seguro prefería a Elai. En cambio, papá, era muy neutral con el asunto, pues nos quería a todos, pero ni siquiera eso pudo evitar la creciente rivalidad que nació entre Damon e Isabel por su afecto, aunque siempre fue ella quien lo vio más como una competencia, mientras él esperaba llevarse bien con ella.