Capítulo 8

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Incluso cuando era pequeño, pocas cosas solían asustarme, en realidad me recuerdo como alguien valiente, siempre al frente para afrontar los problemas, y aunque nunca lo hice de la forma correcta, de igual manera lo conseguía

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Incluso cuando era pequeño, pocas cosas solían asustarme, en realidad me recuerdo como alguien valiente, siempre al frente para afrontar los problemas, y aunque nunca lo hice de la forma correcta, de igual manera lo conseguía.   

Mi mayor temor nació de algo que solía gustarme: la oscuridad.

Me gustaba meterme bajo mis cobijas, encender una lámpara, y leer uno de mis comics. 

Esa noche estaba lluviosa, los truenos le daban ambientación a la gran pelea entre Superman y Batman que me encontraba leyendo. Era de madrugada, así que bajé a la planta baja por un vaso con agua. Las luces no estaban encendidas, así que cuando llegué a la cocina, antes de poder dar un paso más, una alta figura emergió de la oscuridad.

Y ahí comenzaron las pesadillas.

—Tal vez no lo sepas, porque no hablamos de eso, pero... —murmuré—. Cuando Damon volvió a casa luego de la muerte de Ethan, fui yo quien lo encontró. Él me tomó las mejillas, estaba asustado, y me manchó de sangre la piel. Su pantalón estaba roto y tenía algo de tierra en la cara, desde que tengo esa imagen en mi cabeza, yo...—suspiré—, no he podido sacarla de ahí. Por eso a mí la oscuridad me...

—Asusta —terminó por mí. Nuestras miradas se encontraron.

—Sí, ya, ni siquiera sé por qué te estoy contando todo esto. Debes de pensar que soy patético

Jaden se río.

—Entonces no quieres saber a lo que yo le temo.

Estreché los ojos.

—¿Y qué es?

—Oh, no estamos hablando de mí.

Blanqueé los ojos.

—Escucha, Damián, yo...sé que dijiste que no querías meterte más con esto, pero Anne y yo...ya, ya terminamos. Solo quería que supieras que trato de hacer las cosas bien contigo.

—Yo...honestamente es que no estoy tratando de hacer nada —dije.

—Lo sé, solo quería que supieras que mientras esté aquí no me rendiré contigo, incluso si tú ya lo hiciste, seguiré por los dos.

El verlo directamente a los ojos me llevó de vuelta a esa tarde.

Era invierno, y llovía a cántaros en la ciudad. Regresaba de la escuela con la ropa empapada, luego de haber discutido con Parker, quien en ese entonces creía que era mi amigo, pero sólo quería mi dinero, pues lo conocí cuando me vendió droga por primera vez, aquel entonces en el que era invisible en casa. No regresé a casa esa noche, hacía frío, pero prefería sentir eso al dolor de la indiferencia de mis padres. A algunos sus padres los regañan, y lo odian, pero algunos otros desearíamos tener al menos eso.

A través del Cristal [Cristal#2]Where stories live. Discover now