A través del Cristal [Cristal#2]

Capítulo 20

Jaden

Meses atrás

Caminé de regreso al cuarto, después de asegurarme de no haber dejado ninguna caja atrás, pero antes de poner un pie dentro, noté que la puerta estaba abierta. Cuando aquella figura de espaldas en la habitación me resultó tan familiar, mi corazón dio un salto en mi pecho, lleno de extrañeza.

—¿Damián? —cuestioné para mis adentros, sintiendo un sentimiento de añoranza crecer en mi pecho, cuando me recuperé tragando saliva y sonreí—. ¿Te gusta lo que ves?

—Honestamente, no es mi estilo. Antes lo hubiera sido, pero... —las palabras se detuvieron en medio de su oración, poniendo la cara en blanco como si hubiera visto un fantasma.

—¿Cómo estás, Damián? —hice el intento porque mi voz sonara lo más natural posible.

Su expresión sorprendida, pronto se transformó en un ceño fruncido

—Estaría mucho mejor si salieras de mi cuarto —dijo, concentrándose en desempacar sus cosas. No supe muy bien por qué actuaba así, pero teniendo en cuenta que siempre había sido de un mal genio, tal vez hoy no estaba de humor.

Una risa se escapó de mis labios, haciéndome recordar lo tierno que me parecía cuando se ponía así.

—A menos que quieras quejarte en recepción y armar un escándalo, este también es mi cuarto.

Se detuvo de lo que hacía, como si por un momento le hubiera afectado

—Tienes razón —murmuró, volteando a verme—. Sería una completa pérdida de tiempo. No vale la pena.

La frialdad con la que dijo aquello me hizo comprender un poco las cosas. Me pareció como si estuviera herido.

Rebuscando en mis pensamientos, imaginé que se debía a lo del beso, pero no podía asegurar que se debiera exactamente a eso.

—Pensé que habíamos superado la fase de odiarnos mutuamente —comenté para aligerar las cosas.

—Quizás superamos eso, pero eso no significa que seamos amigos —me lanzó una mirada furtiva, cargada de hastío. Sí que sus ojos eran intensos. Me encantaba ese verde agua marina.

—Entonces, ¿qué somos? —me acerqué, sintiendo un aura densa crecer a nuestro al rededor—. ¿Vas a pretender que no existo?

—Ha resultado muy bien hasta ahora —respondió en un susurro.

Abrí la boca para decir algo más, pero antes de que pudiera alcanzar su hombro con mi mano, él se alejó, saliendo del cuarto. Obviamente no permitiría que se fuera de esa manera. Quería poder entender un poco mejor el porqué de su sentir y quizás, ayudarlo.

—¿Qué demonios quieres, Jaden? —giró sobre sus talones, dándome la cara, siendo la ira la que controlaba su ser—. Quedamos en que nunca volveríamos hablar.