A través del Cristal [Cristal#2]

Capítulo 16

—A que no adivinas quién consiguió el nuevo volumen de batman. En realidad un niño estuvo apunto se ganármelo, ¿puedes creerlo? —se rió—. Es increíble que la gente lea esto, digo, es una historia de ¿décadas?

Me erguí en mi sitio, apretando las manos alrededor de mis piernas. No podía verlo, no ahora, no cuando sentía que quería llorar y él era él único que podía drenar esa emoción en mi.

—¿Damián?

—Quédate...ahí —hablé detenidamente y él no dio otro paso.

—Está bien, no me acercaré, pero sabes que estoy aquí si quieres hablar —se mantuvo calmado, como siempre era él, como yo nunca había podido.

—¿Decidiste no contarme lo de Mikhail, por lo que tú llamas "protegerme"? —susurré dolido.

—Eso...

Pero antes de dejarlo decir algo, me puse de pie.

—Porque te diré una cosa, soy muy bueno haciendo las cosas por mí mismo, así que si existe alguien que pueda protegerme, ese soy. ¿Porque sabes algo? No estuviste ahí cuando tuve que salvarme de mis propios demonios, cuando luché contra mis pensamientos destructivos

Mi visión se tornó borrosa, mostrándome a su versión más joven y su voz ingenua de aquel entonces resonó en mi cabeza.

—Te dije que podrías apoyarte en mí, pero prometiste que no me lastimarías.

Di un paso atrás al darme cuenta de mi agravio.

Se escapó un suspiro de mis labios.

Jaden me miró confundido, buscando en mi semblante alguna pista de lo que me ocurría.

Creo que si quería hablar con alguien sobre esto, él no era el indicado.

—Lo siento —susurré, la voz apagada y el rostro sombrío—. No debí decir eso.

—Está bien —sonrió—. No pretendo que el cambio sea repentino.

—No, claro que no está bien —lo aparté—. Deja de decir eso, es como si solo estuvieras esperando a que todo mejorara cuando nunca lo hace.

—Damián, sé que no tienes la vida que quieres, pero están tus hermanos, tus padres, y sí, no es perfecto, pero están ahí. Solo tú ves la complicación en todo.

—O más bien para ti es demasiado fácil —debatí.

—No lo es para nadie, pero —jadeó—, tampoco puedes pretender que todo lo que pasa es malo.

Mi ceño fruncido dejó la expresión poco a poco.

—Y sobre Mikahil, sí, lo sabía, no puedo excusarme más con eso, pero se equivocó, y pensé que él también tenía oportunidad de redimirse.

Abrí los ojos.

—¿Bromeas, no?

Me miró sin entender.