EPÍLOGO

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Dos años después

Gwen

—Me siento como una pelota, esta vez es más grande y pesado —suspiro con cansancio.

—Estás perfecta, eres la embarazada más bonita que he visto por segunda vez —dice Lizzie con una sonrisa pegando el oído a mi gran panza.

—Estás más radiante que el primero, Gwen, tú tranquila —añade Dave guiñando un ojo.

Resoplo una vez más y trato de levantarme, pero ni eso puedo, me está matando la espalda. Entonces, aparece como siempre Kaie a resolver mis problemas, sus brazos me rodearon desde atrás y me alza como si no llevara conmigo como diez kilos de más. Realmente siento que voy a explotar, aún no sé cómo logré que Kaie me convenciera en su segundo ciclo de celo que volvamos a tener un hijo más.

Claro que lo sabes, fueron sus perfectos e inmaculados pe...

—¿En qué piensas? —pregunta con un susurro que estremece todo mi cuerpo, ni en este estado de "señora vaca" sale de mi sistema el querer tenerlo cerca.

El embarazo trajo consigo ciertos cambios más que solo en mi cuerpo, los antojos me hacían comer como para un batallón entero. El panguito que bauticé desde mi llegada aquí fue mi preferido y la carne de bestias, que prefiero no saber de cuál es procedente exactamente, Kaie descubrió agarrarle el punto para que se acomode al paladar de su compañera, como bien recalca.

También hay días en los que no quiero separarme de él por nada en el mundo, ni un segundo quiero estar lejos de su tacto y permanecer sintiendo su olor, fui un mar de lágrimas cuando una mañana me desperté sin él a mi lado que solo había ido a traer comida para cuando me despertara. Sí, aún me avergüenzo de ciertas cosas que ni yo entiendo, pero Kaie recibió todo eso como el Naga más feliz de Orlox.

Volviendo al tema principal, no iba a revelar mis pensamientos todos hormonales que tengo con mi compañero, esposo. Ese término me encanta, prácticamente estamos casados desde que decidimos formar una familia, aunque para los Naga's ese término no existe, pero a Kaie le gusta escucharme llamarlo de esa forma humana de vez en cuando, se ha acostumbrado a esa palabra tanto como el "te amo".

—Nada en particular... —ruedo los ojos en busca de algo en qué centrarme, mientras Lizzie y Dave siguen su conversación sobre cuándo será el momento que nazca mi segundo hijo o hija y saber quién ganó la apuesta esta vez— ¿Qué crees que sea? ¿Te gustaría una niña o un niño?

Ya que mi cabeza se concentró en la conversación de atrás, no pude evitar la pregunta. Una niña sería algo bonito para tener la parejita, una niña que se parezca un poco más a mí en vez de ser una réplica de su padre. Kalith resultó ser un Naga, el gen predominante fue el de Kaie y sacó su cabello lacio platinado y esos ojos que tanto me gustan del color del zafiro. Ya lo extraño, últimamente está pasando tiempo con su abuelo Ronoks para aprender a cazar su propia comida, claramente de bestias pequeñas e inofensivas.

Crecen muy rápido, para mí aún es un niño pequeño de no mayor a casi dos años, pero a su vez no es así.

—Sea lo que fuese, seguirá siendo tuyo y mío —responde pensativo y apoyo aún más mi cabeza contra su cuello para que empiece a peinar mi cabello con sus manos—. Si es algo menos enérgico que nuestra primera cría, tal vez sea menos complicado enseñarle cosas —levanta una ceja y sé que está pensando en los primeros meses de Kalith.

Era un terremoto total, parecía haber sacado todo el entusiasmo de sus tíos, como bien decían orgullosamente Lizzie y Dave. Fue todo un reto aprender a ser madre de un Naga, para empezar, el tiempo de embarazo no fueron nueve meses en total como es normalmente en la Tierra, el factor del tiempo horario de Orlox influyó en ello. Fueron tres ciclos lunares con un poco más para cuando rompí fuente, las Naga's hembras tienen a sus crías naturalmente vivas no en huevos como pensábamos todos, esa fue una pequeña sorpresa y lo mejor que pude oír ante mis imaginaciones de yo dando a luz a un huevo.

Renacidos en OrloxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora