Capítulo 28

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Gwen

A la llegada de los demás Naga's, tanto Dave, Lizzie y yo no pudimos evitar ponernos tensos y en estado de alerta. Había bastantes ojos no humanos fijos en los tres y parecían debatirse por asimilar sobre esta nueva especie causante de que su cuarto pilar los haya amenazado a muerte si se acercan o la escena de su primer pilar y líder de clan fallecido. Gracias a las duras palabras de Kaie optaron por ignorarnos o posponer el detalle de nuestra presencia en sí.

Por mi parte, yo no podía ignorar la compleja expresión embriagada de una tristeza que trascendía a ser reflejada como nosotros los humanos que lo desfogamos a través de las lágrimas y ninguno de los presentes lo hizo. No lo hizo el Naga que siempre me dedica una sonrisa como si solo le bastara tenerme cerca para merecerlo y es ahí que veo un brillo único de este mundo en sus ojos...

Ahora solo había un semblante endurecido resaltando su parecido con Drix y el zafiro que lo caracteriza estaba opaco, sin vida. Con solo mirarlo de esa forma podía sentir su dolor y fue más notorio por cómo salieron sus palabras, en cómo reaccionó aun teniéndome en sus brazos y en cómo está ahora frente al cuerpo de su hermano con esos zafiros perdidos.

Sabía a la perfección que no tenían una relación fantástica, pero eso no da indicio para que no le doliera su pérdida. Sin o con buena comunicación, Zahjka seguía siendo el hermano con el que tiempo atrás compartió buenos momentos y ver una escena como esa... hacía que mi corazón se comprimiera hasta el punto de dolerme porque yo sabía lo que era ese sentimiento de pérdida, tal vez eso era lo único que podría ofrecerle a él como muestra de que lo siento desde lo más profundo de mi ser.

—Qué es todo esto. —La voz imponente y a la vez armoniosa de una mujer estremeció todo el lugar, volviéndolo más tenso de lo que ya estaba.

Una corriente me recorre la espina dorsal cuando guío la mirada hacia el origen de esa inquebrantable voz y me encuentro con unos ojos iguales a esos dos hermanos, tan azules e inusuales como el cielo de Orlox, con una mirada más severa que la de Drix incluso y su gran tamaño y majestuosidad me hacía sentir un palillo de mondadientes para sus letales colmillos que se pronunciaban al ordenar una explicación.

Es hermosa y no cabe duda de que es la madre y reina de la que tantas veces oí hablar, su sola presencia impone lo que es sin necesidad de recibir presentaciones formales. Su cabello tan lacio, largo y que pareciera brillar bajo el sol como si fuera oro puro, su mitad inferior también es de un dorado atrayente a la vista y si su belleza ya es sobresaliente, sus rasgos letales como la más fuerte entre todos aquí lo son aún más.

—Encierren a esas criaturas —sisea sin titubeos después de fijar sus serpentinos ojos frívolos hacia nosotros por el mismo tiempo que yo lo hice con ella y entro en razón de que no sé para nada si nos ve como una amenaza, una merienda o algo que aún no está definido.

—¡No se atrevan a moverse! —se interpone Kaie delante de nosotros con ese siseo amenazante cuando varios Naga's estaban a punto de venir por nosotros ignorando la orden anterior que dejó en claro y es porque estas eran palabras de su reina y ella es el máximo poder aquí.

La vibración de su pecho se va calmando como si de hondas respiraciones se tratara y, sin moverse de nuestro delante, fija sus ojos como un reflejo de los de su madre. No puedo ver su expresión, pero puedo descifrar que se ha obligado a relajarse para no imponerse ante ella, que también es su reina.

—Luego lo explicaré, madre, yo asumo el cargo de estas criaturas —agacha su mirada como muestra de respeto en lo que habla, golpeando su pecho con fuerza en un tono más calmado que no concuerda con su estado—. Ahora tenemos que atender algo mucho más serio.

Renacidos en OrloxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora