Capítulo 31

3.3K 429 53
                                    

Gwen

Mi sueño es interrumpido por un susto instintivo debido a la falta de aire que siento con la opresión en mi pecho que enciende todas mis alertas en busca de lo que está pasando, hay una fuerza sólida que comprime todo mi cuerpo. Al abrir los ojos me encuentro en la misma posición en la que me quedé dormida en la noche, el lugar solo se ilumina con el cristal de la habitación, por lo que, no podría saber si ya es de día o cuántas horas han pasado desde que concilié el sueño.

Lo que sí soy consciente es que me encuentro atrapada entre el pecho de Kaie y envuelta en su mitad escamosa que me tiene apegada a él con demasiada fuerza.

Anoche estaba más sensible a cualquier roce y trataba de ocultar el malestar que tenía como si fuera una migraña, pero parecía seguir dentro de lo medianamente "normal" como es siempre. Estaba más interesado en que le explicara más cosas sobre nuestros tratamientos y operaciones que hemos ideado los humanos en mi mundo que cualquier otro cambio en su cuerpo, incluso podía casi ver sus propios pensamientos e ideas futuras para el propósito de su clan con la nueva información que había recibido.

El hambre por aprender y saciar su curiosidad por lo desconocido que tiene Kaie, es una de las cosas que me parecen tiernas por cómo sus expresiones se intensifican sin que él se percate siquiera o tal vez es que he pasado tanto tiempo a su lado que puedo diferenciar los mínimos detalles que lo envuelven. Hablamos bastante hasta quedarnos dormidos y pensé que su cambio sería en unos cuántos días más, pero veo que me equivoqué...

Es como si estuviera siendo aprisionada con cada apretón que incrementa por parte de su cuerpo inferior y con mis uñas que raspan inútilmente su sólido pecho trato de hacerlo despertar.

—Kaie... —suspiro su nombre con dificultad, un pequeño susurro apenas audible.

Lo único que recibo como respuesta es un siseo que se alarga por varios segundos y resuena en toda la habitación, sigue inconsciente de lo que está haciendo con su cola envuelta en los dos. Entro en pánico cuando noto que no está respondiendo todavía y mucho menos deteniendo la presión de sus escamas sobre mí y saco todo el aire posible que tenía acumulado.

—¡Kaie! —grito dejando mi garganta adolorida por el sobreesfuerzo ejercido.

En instantes siento al fin mi cuerpo libre y el aire entra con facilidad y exigencia a mis pulmones, nunca pensé que esta podría ser la mejor sensación después de que casi muriera aplastada. Unas frías y ásperas manos sujetan mi rostro con un toque semejante a si rozara algo tan frágil que teme romperlo y, como si fuera por instinto, su tacto alivia el rápido latir de mi corazón por el susto.

Me encuentro con sus ojos de un azul más oscuro que de costumbre, sombríos y llenos de temor por mi estado. No dice nada, pero no era necesario de todas formas, en su rostro podía ver todo lo que su corazón sentía por su actuar inconsciente. Me revisa de pies a cabeza con un paseo rápido de su mirada y solo cuando termina de hacerlo es que vuelve a sostener mi rostro frente a él.

—Perdón... —susurra con un tono de voz igual de sorprendido a cómo me encuentro yo ahora y me abraza arrojando una pesada respiración— No estoy bajo control, me dejé llevar por tu olor hasta que reaccioné, perdón por lastimarte Gwen.

Me dejo envolver por el dulce olor que emite y es como si lo tuviera aún más cerca debido a que me está rodeando con sus brazos. Las bocanadas de aire ya se están regularizando y me siento mal por el dolor que refleja por lo que hizo sin poder controlar su fuerza. Él mismo me dijo que no sabía qué iba a pasar al estar conmigo cuando entrara en su ciclo de muda y yo estaba dispuesta a ayudarlo, pero no pensé que llegaría tan rápido ese cambio en él.

Renacidos en OrloxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora