Capítulo 53

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Gwen

Solo después de atravesar un poco más el pasaje en el que íbamos y en el que tenía a mis amigos perdidos en dichas ilusiones, es cuando los seis Naga's del Oeste que nos llevaban detuvieron el paso abruptamente en un golpe demasiado seco que revelaba una sola cosa y un siseo de advertencia resonó en todos ellos, dando así la respuesta segura a mi intuición. Los dos que nos llevaban se miraron por un segundo y su expresión era demasiado seria como para pasarlo por alto.

—No estamos solos —afirmó uno y el otro asintió encuadrando los hombros, ambos recorrieron con la mirada el lugar.

Segundos después, recién comprendí con la prueba más racional que mi cerebro no quería captar a mi pesar, se escucharon pasos como si cada pisada fuera el de un animal con largas garras y un gruñido totalmente distinto al que tienen los Naga's empezó a desvanecerse en el eco. No podía ver nada por la posición contraria en la que me encontraba, pero eso no evitó el estremecimiento que tuve a consecuencia de lo que mi propia piel gritaba: peligro.

Tengo una maldita suerte, no sé si debido a mi estancia en Orlox, a la cosa esa del mágico campo rojo al que sobreviví o tal vez por pasar mucho tiempo con la especie de Kaie. Sea cual fuese el motivo por el cual mi sentido de intuir algo malo se haya agudizado, ahora mismo tenía todos los pelos de punta. Instinto lo llama Kaie, tal vez me contagió eso potencializándolo, pero me hubiera gustado que esta vez estuviera equivocada.

—Chicos... más les vale salir de esas ilusiones ahora mismo —lancé a la nada palabras que salieron como suspiros, más para mí misma y llena de un nerviosismo incontrolable. 

No obtuve ni antes ni ahora reacción alguna de parte de Dave y Lizzie a mi llamado, estaban perdidos en esa ilusión.

—¡Manténganse juntos! —ordenó el Naga que estaba en la cabeza del grupo.

De repente solo sentí el rápido sonido del aire cortándose y el sórdido golpe de mi cuerpo estrellándose contra un muro de cristal que bien podría ser una fortaleza de piedra y solo unos cuántos segundos después pude recapitular lo que había pasado mientras trataba de soslayar el dolor. Antes de que respondieran los demás al mandato del otro, los dos traidores que estaban a cargo de llevarnos a los tres, nos soltaron arrojándonos en el aire hasta estrellarnos con el muro a su costado. 

El impacto ocasionó que no sean solo mis huesos los dañados en aquel movimiento, la madera a la que estábamos sujetos se rompió a la mitad y solo Dave y Lizzie permanecieron en la parte aún unida, pero no había reacción por su parte, seguían con la mirada perdida. Las espinas que rodeaban la enredadera en mis muñecas se incrustaron más en piel por el esfuerzo brusco que ocasionó toda la acción y fue como sentir cientos de agujas adormeciendo mis manos.

Mis tímpanos sonaban con un agudo pitido, la venda de mi cabeza se perdió en algún momento de la caída. Tuve suerte de que el sangrado había parado, aunque del dolor no podría decir lo mismo, eran como pequeños golpeteos que sentía desde el interior de mi cabeza que me desorientaron en espacio y tiempo de este momento. Por lo menos, ese golpe no fue directo a mi cabeza otra vez, mi espalda recibió gran parte de ello, pero podía soportarlo. La adrenalina bañada en miedo que empezó a envolverme podía ayudarme con esa parte.

Me tomó varios segundos más regresar en sí, dejando atrás la sorpresa de todo, y solo en ese pequeño instante comprendí el motivo por el que nos arrojaron de esa forma repentinamente. El rugido parecido al de un puma captó mi atención por completo, junto a la escena en la que le arrancaba la cabeza a uno de los Naga's traidores que nos trasladaba. Es corto decir que el aire ni siquiera ingresaba a mis pulmones por más que quisiera al ver tal... tal escena desgarradora y sangrienta a pequeños metros de distancia.

Renacidos en OrloxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora