Capítulo 19

5.5K 697 37
                                    

A mis palabras le sigue un largo silencio.

El aire que llega a mis pulmones se vuelve denso y pesado mientras nuestros ojos se encuentran en una sola mirada. No puedo detectar si lo que he dicho lo ha tomado por sorpresa o simplemente él no sabe cómo reaccionar. Lo que sí logro vislumbrar en su semblante es que he perturbado algo en su interior, lo sé porque lo he dejado sin saber qué decir y eso antes no había sucedido.

El silencio que se sigue prolongando, en lo que para mí, es una eternidad me permite que, en ese espacio vacío, mi mente comience a correr velozmente en busca de encontrar una respuesta.

«¿Por qué he dicho que me importa? ¿He cometido un error? ¿Qué rayos me dirá ahora?», con los pensamientos bombardeándome la mente, los latidos de mi corazón se tornan más fuertes a la vez que mi respiración se va agitando.

Trato de encontrar calma en su lenguaje no verbal, procurando encontrar una señal en su rostro, en sus ojos, no obstante, todo lo que consigo son sus rasgos endurecidos y ni una sola pizca de brillo en sus pupilas.

Me planteo la opción de revertir mi contundente respuesta, sin embargo, me doy cuenta de que ya es muy tarde para eso, puesto que las palabras quedan atascadas en mi garganta, incapaces de romper el mutismo opresivo que nos envuelve.

Finalmente, y para el bienestar de mi pobre corazón, Darek derrumba el silencio con un suspiro algo vacilante antes de curvar sus labios en una breve sonrisa y aparta sus ojos de los míos.

—Deja de mentir —escupe con voz fría e inmutable y guiar su vista hacia el frente. Y al desviar mi interés hasta sus manos me doy cuenta de que ellas también están llenas de heridas. Su voz vuelve a hablar al agregar: —Si quieres saber lo que sucedió luego de que te quedaste dormida, solo tienes que preguntarlo, no es necesario que mientas.

Su tono me golpea como un látigo, dejando un rastro de disgusto en mi interior. Casi puedo jurar que mis mejillas se han teñido de rosa a causa de su punzante indiferencia.

Intento ser amable con él, en serio lo intento, pero me queda claro que ni siendo la persona más amable del mundo podré entenderlo.

Mis dedos se siguen aferrando a la tela del bolso y no tengo de otra que aceptar lo que él dice.

—Dime qué fue lo que pasó —consigo decir con una firmeza que no sé de dónde nace —. ¿Por qué me llevaste a esa habitación?

Apoya su espalda en el respaldo del asiento, aun sin mirarme.

—¿Qué hubieses preferido? Que te dejará tirada en medio de la fiesta.

—Viniendo de ti no me hubiese sorprendido —replico todavía con su pesada apatía latente en mí. Con la rabia haciendo acto de presencia en mis venas, giro un poco mi cuerpo para mirarlo mejor y siento como mis rodillas tocan su pierna —. Darek, no eres precisamente una buena persona.

Ríe y en el proceso su pecho sube y baja.

—Es lo más sensato que me has dicho desde que te conozco.

—No estoy para tus jueguitos. Quiero que me digas la verdad de lo que pasó...

—Me llamaste engreído, luego gris y al final casi te caes, pero yo impedí que eso pasara —me interrumpe para enumerar las cosas que sucedieron antes de que quedara inconsciente —, después dijiste algo que no logre escuchar y te desplomaste en mis brazos...

—Qué pasó luego de eso —lo insto a proseguir, ya que se queda callado.

Entorna los labios con la intención de continuar, si bien está a un paso de soltar todo, un ruido lo interrumpe, el de los frenos del autobús al estacionar frente a la preparatoria y con esto cierra la boca para acto seguido ponerse de pie.

No acercarse a DarekWhere stories live. Discover now