Capítulo 16

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Darek me odia, y con todas sus fuerzas.

No, no está jugando porque le encanten los juegos de mesa, lo está haciendo para ponerme nerviosa, lo peor de todo es que lo está logrando con tan solo verme y sonreír con esa malicia que suele vagar en sus labios al saber que tiene el control de la situación. Es un puto gris de mierda que le gusta ver a los demás sufrir.

Para no darle la atención que a él le encanta recibir, pongo mi mirada a mi alrededor y noto como la curiosidad ha hecho que muchos nos rodeen, todos expectantes por lo que sucederá en esta partida de Uno.

Darek, Alison, Brando y Adán parecen emocionados por empezar, mientras que Abril y yo cruzamos una mirada de arrepentimiento.

Brando toma la palabra, su voz ronca no tarda en llenar el aire.

—Bueno, ya que Steiner se ha unido es hora de empezar —informa. —Antes de comenzar, debemos hacer lo de siempre. Cada uno agarrará una carta y el que saque el número más alto, será el encargado de repartir y el primero en lanzar —explica a la vez que baraja las cartas, sus manos hábiles moviéndose con destreza y rapidez. Una vez satisfecho con su actuación, deposita el mazo en el centro de la mesa y da una fugaz barrida con los ojos a los que rodeamos la mesa. —Adelante, agarren.

Él es el primero en coger la carta de encima. Abril lo sigue, luego Alison, Adán y Darek. La adrenalina comienza a correr por mis venas, no solo por el hecho de estar jugando de una forma nueva, sino porque Darek ha quedado a mi lado y no sé qué rayos tenga en mente.

Inflo mis pulmones con una buena bocanada de aire, extiendo la mano hacia el mazo y agarro una carta, sin poder evitar que mis dedos tiemblen ligeramente al sentir la pesada mirada de Darek sobre mí. Una vez me incorporo volteo la y descubro el número que me ha tocado: un cinco. No es un número muy alto, pero tampoco el más bajo.

—Cuatro —vocifera Brando, dándole vuelta a su carta.

Abril es la próxima en dejar a la vista el contenido de su carta.

—Dos.

Le sigue Darek y atisbo a vislumbrar la mueca arrogante que se planta en sus labios.

—Siete.

Efectivamente, una vez gira la carta entre sus dedos queda al descubierto un siete de color rojo.

Ay, no, esto no puede ser peor.

—Cinco —digo y muestro el número que me ha tocado.

Aunque no lo veo, puedo jurar que en sus adentros Darek se está burlando de mí por haber obtenido un número inferior al de él. Pero lo que él no ve venir es que todavía quedan dos personas por enseñar sus números. Y cuando Adán lo hace un poco de tranquilidad se filtra en mi pecho.

—Ocho.

Todos volteamos a ver su carta y un ocho de color verde se halla entre sus dedos. Noto como le lanza una mirada desafiante a Darek y por alguna razón mi corazón se acelera.

Alison, al lado de Adán, vira la carta que sostiene.

—Un patético uno —expresa y arroja la carta en la mesa.

Adán ha ganado.

AAAHH, EN TU CARA, DAREK.

Me obligo a apretar mis labios para que una sonrisa de oreja a oreja no se termine adueñando de mi expresión.

—Te toca repartir, Adán —agrega Brando y une todas las cartas en un mismo fajo, que no duda en entregar al chico al que le habla.

Adán acepta lo que le ofrece Brando, baraja un poco y comienza a repartir. Tan pronto vamos recibiendo las barajas casi todos en la mesa las recogemos de inmediato, con excepción de Darek y Adán, Adán porque está repartiendo y Darek... no tengo idea de porque no revisa lo que se le va entregando.

No acercarse a DarekWhere stories live. Discover now