Capitulo XXXVI

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El azabache recostó su cuerpo en el marco de la puerta apreciando la hermosa imagen de Kinn metido en la bañera con traje de baño, junto a Venice a quien estaba intentando duchar, soltó una pequeña risa viendo que se le dificultaba un poco sostener al pequeño, habían llegado de la playa hace tan solo veinte minutos y necesitaban un baño. 

-Cariño te dije que nos serviría comprarle ese flotador -comentó Kinn llevando su mirada a su esposo quien le dedicó una de sus deslumbrantes sonrisas antes de acercarse para ayudarle a lavar el pequeño cuerpo del niño. 

-Que no...-respondió el azabache con una pequeña sonrisa mientras tomaba asiento en el borde de la tina. 

-Pá-el menor intenta llamar aún más la atención queriendo un pulpo de goma que flotaba entre la espuma de color, el mayor no dudo en acercar aquel objeto para entretener y distraer al niño en lo que Pete lavaba su cabello, cosa que Venice odiaba en lo absoluto, pero no se enteró gracias a que el mayor jugaba con él.
Finalmente, en cuanto el agradable baño del pequeño terminó, Pete lo envolvió en una toalla y su esposo se levantó para salir de la bañera y pasar a la ducha en lo que se deshacía de su traje de baño. 

-Cuando termines de cambiarlo ven, así me ayudas a ducharme-bromeó el mayor viendo como la figura de su amado e hijo salían del cuarto de baño. 

"Idiota..." pensó el azabache mientras la escena en su mente se transformaba en oscuridad pura y poco a poco sus sentidos volvían a él. Lo primero que sintió fue como una montaña rusa en subida, lo segundo que sintió fue como si su cuerpo recibiera pequeños espasmos seguidos de una ligera sacudida sin brusquedad, no oía nada y aún que se sentía en completa calma había un sentimiento de desesperación por el peso en sus párpados. 

-No, no, no... Pete despierta, vamos, despierta cariño-pidió Kinn tras caer arrodillado cerca del cuerpo de su menor, lo tomó en sus brazos sacudiéndolo un poco sin saber que hacer, sus manos tomaron el mentón ajeno con delicadeza para mirar el rostro inconsciente y angelical que lo había deslumbrado desde el primer día en que lo conoció y sin poder resistirse envolvió el cuerpo de su amado en un abrazo como si se quisiera aferrar a lo único que lo mantenía de pie- ¡Despierta! Mierda, por favor, amor. Mi amor, estoy aquí no me he ido, estoy aquí.  

El cuerpo de Pete parecía inmóvil entre los brazos del mafioso arrodillado en el suelo del calabozo, a su lado dos cuerpos sin vida de sus guardaespaldas. La desesperación de Kinn lo había cegado tanto que apenas fue capaz de darse cuenta de que la respiración ajena era débil y solo cuando Natthael terminó de asegurarse que no habían moros en la costa decidió terminar de bajar los escalones para encontrarse con tan desgarradora escena. 

Pete se removió suavemente en un quejido bajo, cuando Kinn se separó un poco para comprobar si no era su imaginación pudo percibir un sutil movimiento en los párpados de su chico, pues, éste se encontraba luchando por responder el llamado de su pareja sin entender por qué encontraba desesperación en el tono de su voz. Poco a poco sus ojos se abrieron con debilidad y Kinn le acarició la mejilla de forma suave mientras pequeñas lágrimas se hacían presentes en sus propios ojos comenzando a deslizarse por sus mejillas hasta caer en el traje del menor entre sus brazos. 

-Perdón por llegar tarde...-susurró el líder de aquella familia cuando vio que su esposo seguía con vida- lo siento, mi amor. 

El menor llevó su mano con lenta delicadeza a la mejilla ajena, no le gustaba verlo llorar, no le gustaba ver sufrimiento en sus ojos, no desde aquella vez en que juró protegerlo tanto a él como a su corazón. Se esforzó en tomar un sorbo de aire intentando emitir palabra alguna, dándose por vencido tras atinar a intentar dedicarle una sonrisa"no quiero hacerte sufrir" pensó el azabache tomando un sorbo de aire contagiándose del llanto ajeno cuando sintió como su pareja volvía a enredar su cuerpo, en recuperación, en un abrazo casi necesitado. Cerró sus ojos con fuerza recuperando todos los recuerdos del impacto que había recibido hace algunos minutos o quizás horas atrás. 

*Flashback* 

-Porsche...-susurró el azabache decidido a acabar allí mismo con todo, quizás por celos, por inseguridad o por todo lo que había vivido por culpa de aquellas personas que tenía enfrente. Decidió bajar los últimos escalones quitando el seguro del arma dispuesto a manchar sus manos y apreció como Vegas se ganaba entre medio de ellos para interponerse. Su ex colocó una mano enfrente del menor queriendo que éste reaccionara, pues, reconocía a Pete cegado por los sentimientos negativos. 

-Pete... espera, no lo hagas-pidió Porsche asomándose un poco, el nombrado cerró sus ojos y todo pasó en un segundo porque cuando se dio cuenta había empujado a Vegas con fuerza propinándole un golpe con la parte trasera del arma logrando que cayera al suelo y en cuanto pudo volver a apuntar a quien había sido su mejor amigo, éste tomó el cañón del arma para apuntar hacía el techo e intentar quitársela.- ¡Pete! 

Una lucha entre aquellos jóvenes se había desatado en la celda, ambos reviviendo en un deja vu lo que había ocurrido hace tanto tiempo, cuando Kinn apenas comenzaba a enamorarse de Porsche. El ex guardaespaldas entendía y sabía que Porsche era mucho mejor en combate cuerpo a cuerpo y a pesar de que él habría sido el jefe de los guardaespaldas, entendía que era difícil seguir sus movimientos, pero en ese momento solo se había entregado a confiar en sus habilidades, que hace tanto no sacaba a relucir.
El arma había caído al suelo antes de que se desate una pelea mano a mano y cuando ambos cayeron al suelo el azabache procuro estirar su brazo para tomar el arma de fuego, giró su cuerpo dándole una patada al castaño y en cuanto se reincorporo para acabar el combate sintió un cosquilleo fuerte detrás de su cuello, su mirada se encontró con la de Porsche antes de que su cuerpo cayera inconsciente sobre él. Vegas observó la espalda de Pete sosteniendo un electrochoque en sus manos, el cual le había sacado a uno de los cuerpos sin vida y se apresuró en soltar el aparato para tomar a su ex arrastrándolo al colchón dentro de la celda con ayuda de su cómplice.  

*Fin del flashback* 

-D...¿dónde...-susurra Pete tomando un sorbo de aire e intenta pensar correctamente sus palabras- ¿huiste? 

Kinn tomó un profundo sorbo de aire sin separarse de su pareja, acarició su espalda delicadamente por encima de la ropa y al sentir la calidez de su cuerpo junto al olor de su perfume no pudo evitar sentir que él mismo se encontraba con vida, sonrió negando suavemente en un movimiento de cabeza antes de dejar pequeños besos en el cuello, mentón y labios de su esposo decidiendo separarse apenas unos centímetros de su torso. 

-Si lo hubiera hecho, creo que por mi propio bien no hubiera vuelto... -confiesa Kinn provocando que una pequeña risa débil brotara de los labios ajenos acompañado de un "imbécil", el mayor rozó su nariz con la ajena de forma amorosa, delicada y suave como si no quisiera hacerle daño alguno- Tú... ¿cómo puedes pensar que huiría de ti? ¿acaso no te ha quedado claro? -el líder lo observó fijamente antes de pronunciar tres palabras que deseaba se quedarán impregnadas en el otro- Te amo, Pete. 

Nathael observó a la pareja con sentimientos mezclados, por un lado se sentía feliz, sin embargo, por otro tenía mucha lástima. El corazón del guardaespaldas estaba latiendo demasiado rápido y sintió como si la fuerza en sus piernas se perdieran hasta debilitarlas tras oír la noticia a través del auricular. 

"Avisen al señor Korn o al señor Kinn que la heladería ha sido consumida por las llamas, algo explotó, el señor Khun no alcanzó a salir. Avisen al señor Korn o al señor Kinn...

Nathael tomó un gran sorbo de aire intentando asimilar aquella noticia "Avisen que el señor Khun se encuentra en grave estado, lo llevan a urgencias, vamos detrás de la ambulancia" anunciaban nuevamente y el confidente de Kinn sintió como si no tuviera control absoluto en sus manos temblorosas, cerró sus ojos intentando no quebrarse allí mismo para luego dirigir su mano derecha hacia el auricular para responder "recibido", sin embargo, fue interrumpido por el ruido de la celda cerrarse detrás de ellos.  

De inmediato, los dos que se encontraban en mejores condiciones, llevaron su mirada hacía Porsche quien retrocedía hacia las escaleras con las llaves de la reja y del calabozo en una de sus manos mientras que con la otra sostenía un arma para que Natthael no fuera capaz de intentar hacer algo para impedir su completo encierro. 

Otra oportunidad. (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora