Capitulo XXI

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Porsche se encontraba observando las fotos de su hermano, sonrió suavemente al saber que estaba bien bajo la protección de la primera familia. Miró a la persona que le brindó la información con fotografías dentro de un sobre y agradeció en un suave movimiento de cabeza. 

-Te dije que ellos estarían bien-comentó Vegas mientras observaba el atardecer que le regalaba Grecia ya que aquella pareja de fugitivos se había trasladado a ese lugar para desviar a algunos enemigos-Kinn no hubiera dejado que algo le pasara al hermano de su pareja, aunque creo que ahora ex...

Se burló el mafioso mientras llevaba a sus labios la copa de vino que yacía en sus manos, disfruto el sabor de aquel morapio y su sonrisa se borró al escuchar la respuesta de su compañero. 

-¿Crees que solo a mi me van a cortar? -el castaño soltó una risa incrédula- Ni siquiera sabes si Pete está vivo-murmuró Porsche recibiendo una maldición hacía su difunta madre y entonces siguió los pasos del mafioso bebiendo de su copa manteniendo su sonrisa- y si lo está... ¿qué te asegura que te perdonara? 

-Callate

-Menos si se enteran de la mierda que hicimos...  

Aquellas palabras salieron en un tono de voz tan resignado y bajo que Vegas perdió automáticamente los estribos colocando tal fuerza en el agarre de su copa que el fino y delicado vidrio acabó destruido en sus manos tras gritarle al castaño que callara, éste observó la reacción de aquel a su lado y no pudo evitar pensar que realmente eran un par de hipócritas... Hipócritas a quienes se les había salido todo de control. 

-¡Él no puede seguir con su vida! ¡Solo me tiene a mí! -gritó cerca del rostro de Porsche a quien tenía agarrado del cuello sin hacer la suficiente presión como para matarlo, el castaño sonrió pasando sus manos a los hombros ajenos queriendo distancia- ¡Él no puede seguir sin mí, Porsche! -relajó un poco el agarre sonriendo como si hubiera descubierto el punto débil de su amante-  ¿Qué crees que ocurra si Kinn se entera de esto? ¿crees que te perdonará? Atentas contra su padre, huiste conmigo... Porsche. 

El nombrado borró su pequeña sonrisa, sin evitarlo se tiró contra el cuerpo de Vegas logrando que este se tambaleara un poco y finalmente sus labios chocaron de forma suave, ninguno pudo rechazarse porque después de todo ellos sabían que no habían mentiras en las palabras que se compartieron y aunque les costara admitirlo, en el fondo, sabían que eran todo lo que les quedaba al otro. Sin pensárselos mucho, aquellos fugitivos sabían a lo que se enfrentarían cuando decidieron acabar con su mayor enemigo, pero en su afán por desenmascarar a Korn olvidaron dos detalles importantes: Estrategia y tiempo. 

Mientras tanto en Tailandia, el enemigo de aquellos que se encontraban en Grecia observó su tabla de ajedrez, movió una pieza viendo que colocaba en aprietos a su guardián frente a él quien fue salvado por la voz de un auricular en su oído. 

-Señor Korn, es hora. 

El nombrado llevó su mirada al reloj a su lado, luego al tablero frente a ellos y sonrió antes de llevar una mano al botón para detener el tiempo. 

-Estoy a un movimientos de la advertencia, estás seguro de que... ¿no nos queda tiempo? -consultó el anciano, su guardaespaldas negó suavemente y entonces decidió parar el reloj del juego. Dejó escapar una risa suave dejando algo desorientado a su compañero, se levantó de su asiento y fue por el maletín que esperaba en su recamara-luego seguiremos con esto, ahora hay cosas importantes que atender. 

El hombre que estaba a cargo de la seguridad del anciano se incorporó en lo que observaba el tablero sobre la mesa admirando la jugada de su jefe, lo había acorralado y si no descubría todos los movimientos viables a favor, él perdería una vez más contra el mafioso. 

Otra oportunidad. (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora