Capítulo 11

181K 13.9K 3.1K
                                    

Dos días después jugueteaba con la comida ya fría de mi plato, lo que sucedió seguía presente en mí y no sabía cómo sentirme al respecto.

Tenía sentimientos encontrados; odiaba haber sido suya y de la manera en que se dio, pero también me confundía la actitud de Hadrien, pasando de la furia a la comprensión, comportándose bien conmigo mientras me sostenía en sus brazos y me poseía, aunque de alguna forma me pareció que fui yo quien lo poseyó.

Debería de estar tremendamente furiosa, pero por el contrario de ello, me hallaba profundamente confundida, entre triste y melancólica.

Hadrien no se pasaba por aquí, lo que agradecía, necesitaba tiempo a solas y por ello no salía de la habitación para nada.

Ciertamente esto no era vida, en ocasiones como ésta contemplaba la estúpida idea de acabar con mi existencia, a ver cómo se las arreglaría ese vampiro para seguir sin mi sangre, al menos aquello sería un castigo por todo el daño que me causaba.

Sin embargo, no era lo suficientemente valiente o estúpida para llevarlo a cabo. Así que tendría que buscar otra forma para lidiar con Hadrien.

—¿No piensas comer? —No miré a mi tía, me había olvidado de su presencia.

—No tengo hambre —dije sin mirarla. Hice el plato a un lado y apoyé el mentón contra mis manos, suspirando con tristeza—. ¿Por qué simplemente no me mata? —Susurré—. No sé cuánto más podré resistir.

—Ten paciencia... —Me aconsejó. Quise reír.

—No puedo, ya no puedo más. —Se puso de pie y dejó su brazo sobre mis hombros, dándome un suave apretón.

—Debes comprender el porqué Hadrien no pudo controlar su enojo...

—Yo no tuve la culpa, deja de justificarlo —Espeté. Era estúpido lo que decía—, ¿qué puedo hacer contra un vampiro?

—Lo sé, no justifico lo que te hizo, pero entiéndelo, no quiere perderte. —Negué ante lo irracional de sus palabras.

—Él nunca va a perderme, porque jamás me ha tenido —aseveré poniéndome de pie, apartándome de ella, nunca estaríamos de acuerdo.

—¿Quieres hablar de lo que sucedió? —La miré mal.

—¿Y de qué serviría? Puedo gritar, quejarme y hacer de todo. Él no me va a dejar libre —Repliqué enojada.

—Gabrielle, debes entender.

—¡No, tía! No quiero entender nada. Ahora vete, quiero estar sola —vociferé con brusquedad sin importarme mucho si ella se sentía mal.

Me dedicó una mirada triste y salió de la habitación dejándome sola.

Cogí a Luz entre mis brazos, ella se había mantenido fuera de aquí viniendo sólo a dormir, me preguntaba dónde pasaba la mayor parte del tiempo.

—Saldremos de aquí, me estoy asfixiando —le dije como si ella pudiese entenderme, aunque quizá sí lo hacía.

Abrí la puerta y salí caminando a paso lento por el pasillo para ir hacia al jardín, pero un ruido llamó mi atención cuando pasaba por una puerta que se encontraba entreabierta.

Permanecí quieta un segundo sin oír nada por unos momentos y luego escuché como algo se rompía.

Me asusté y sin dudarlo dos veces abrí la puerta por completo, lo cual no debí haber hecho.

Una mujer estaba sentada sobre un sofá con Hadrien encima de ella quien tenía su blusa rota de par en par dejando al descubierto su sostén mientras que él tenía su mano dentro de las piernas de ella.

A tu lado ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora