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—Jisung, ¿está todo bien? —quiso saber Jiyong entrando en la habitación.
Desde que había leído el mensaje de Eunji, preguntando si podía ir a su apartamento, empezó a prepararse para hacerlo. No quería dejarla sola, necesitaba verla y estar con ella, sobre todo al saber que no se encontraba bien.
No iba a mentir, él tampoco lo estaba. No se había imaginado que esto ocurriría, ya que a pesar de que siempre tenía en mente que esas cosas pasaban en la industria, nunca creyó que a ellos les tocaría, y menos aún en un día como San Valentín, en el cual tenía planeadas una y mil cosas.
Daba gracias de haberse enterado del reportaje estando con los chicos y Jiyong, porque no sabía cómo hubiera reaccionado estando solo. Eso no le había ocurrido a Eunji, y tenía miedo de lo que su novia podría estar pensando en esos momentos.
—Sí, ahora iba a avisaros de que me ha contestado los mensajes y que iba a ir a verla —explicó mirando a la actriz, que se sentó a su lado.
—¿Cómo está? —por su tono de voz, se notaba que estaba preocupada.
—No muy bien, noona. Se le han juntado muchas cosas —dijo, mordiéndose el labio. Estaba nervioso, quería verla ya para saber cómo se encontraba—. Hace unos días, subió un dance cover —empezó a explicar mirando al suelo, sintiendo la mirada de la joven— y recibió bastantes malos comentarios por lo del bullying. Ahora hay que añadir esto... —no supo cómo seguir, por lo que suspiró.
—Nadie se merece eso. —Jiyong comenzó a acariciarle el hombro, en un gesto cariñoso que le reconfortó—. Haces bien en ir a verla, sabemos cómo es, solo pensará en lo que ha pasado, comiéndose la cabeza y lo que necesita es distraerse.
Por la forma en la que habló, el rapero recordó de inmediato todo lo que ocurrió cuando se destapó su relación y la de Chan.
—Lo sé, es por eso que quiero ir lo más rápido que pueda, no quiero dejarla más tiempo sola.
—Ve con ella y dile que si necesita algo, aquí estamos los niños y yo —sonrió Jiyong de esa forma que le tranquilizaba tanto—. Te quedarás con ella, ¿verdad?
—Sí, mañana vendré a primera hora, lo juro. —Alzó una ceja al ver cómo lo miraba confundida—. ¿Ocurre algo, noona?
—Quédate el tiempo que quieras, no tengas prisa —murmuró, volviendo a sonreírle con calidez—. Estoy segura de que a Chan no le importa que no vayas al estudio o si no vas al ensayo.
—Pero...
—Quizá no soy la más adecuada para decirlo, porque yo no lo hice en su momento, pero lo mejor que podéis hacer es ignorar las noticias sobre vosotros o los comentarios en redes sociales —aconsejó, hablando con calma—. Porque solo hará que penséis más en ello y os sintáis culpables cuando no tenéis motivos.
