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—Eunji, ¿estás bien? —preguntó Sumin al darse cuenta de que la maknae estaba algo distraída y que parecía que no estaba prestando atención a la conversación.
—Sí, solo estaba pensando en algunas cosas, lo siento —se disculpó al mismo tiempo que dirigía toda su atención en ella—. ¿Qué estabas diciendo?
—Da igual, no era nada importante, ¿qué tal estás?
Habían pasado un par de semanas desde lo ocurrido, en las cuales Eunji no salía de su apartamento. Ni siquiera las chicas habían conseguido que fuera al dorm, ni que ensayara, a pesar de que aquello era algo que la hacía olvidarse de todo y sentirse libre.
También hacía una semana que Jisung se había ido a pasar sus vacaciones con su familia, y le mandaba todos los días mensajes, e incluso solían hacer videollamadas. No era lo mismo que estar en persona, pero era suficiente para hacerla sentir bien, algo difícil en ese tiempo.
—Estoy bien, mejor que antes, todo gracias a vosotras —sonrió Eunji, y cuando Sumin iba a decir algo, el sonido del estómago de la joven le interrumpió, indicando que tenía hambre—. Lo siento, unnie, desde la comida no he…
—Es por eso que he estado haciendo una pizza —le cortó Jisu mientras entraba a la sala con un plato en la mano—. Así no tengo que ver los momentos en los que Sumin parece una señora mayor.
—Ya sabes que soy así, y más cuando se trata de Eunji —replicó la líder a la vez que comenzaba a cortar la comida.
—Excusas, eres así por naturaleza —se burló, comenzando una pequeña discusión a la cual Eunji no prestó atención, ya que había recibido un mensaje de Jisung, a lo que no pudo evitar sonreír.
—Pues parece que al resto le gusta que sea así, ¿verdad, Eunjinnie? —interrogó Sumin, pero al ver la cara de la joven, se dio cuenta de que no les estaba prestando atención.
—Ni lo intentes, llevamos años conociéndonos pero al parecer alguien tiene preferencia. Mira cómo nos ignora —bromeó, a lo que Eunji al oír eso, apartó su mirada del teléfono y las miró con cara confusa—. ¿Qué tal está Han?
—Bien, me estaba preguntando si luego podíamos hacer una videollamada —contestó de forma inocente, aunque luego se dio cuenta de algo—. Espera, ¿cómo sabes que es él?
—Por tu sonrisa, solo la tienes cuando hablas con él —respondió Sumin mientras la miraba de forma tierna.
—Y es algo que empiezo a odiar —se mofó Jisu, a lo que las otras dos la miraron sorprendidas, ya que no captaron que estaba burlándose—. ¿Qué? Lo decía de broma, pero algo debo estar haciendo mal. Soy la mayor de las cinco, y Eunji ya tiene novio antes que yo.
