38. Abucheos

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Pensar

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Pensar. Ese fue el problema, que no pensé cuando le volví a besar. Ni él tampoco cuando me correspondió. ¿Estamos locos? Somos prácticamente familia. Se podría considerar incesto. Aunque no somos familia de sangre...

Lo peor es que me gustó y no dejo de darle vueltas, casi literalmente, porque no he podido pegar ojo en toda la noche. Se quedó a dormir en el colchón que dejamos para Nahid y, entre sus ronquidos y lo mal que me sentía, ahora tengo un sueño que me caigo.

—¿Tortitas? —escucho decir a mi madre como si estuviese a trescientos metros de mí, cuando en realidad está a mi lado.

—¡Por favor! —responde Jeremy con entusiasmo mientras se aleja con mi madre.

Me quedo mirando el diminuto remolino que se forma cuando doy vueltas a la leche, deseando que me atrape en él y borre las últimas veinticuatro horas de mi vida.

—Tierra llamando a Reese, te estoy hablando —dice mi madre al tiempo que me pasa la mano por delante de la cara.

Reacciono y me incorporo con tan mala suerte que se me cae la magdalena que estaba comiendo. Me agacho para cogerla y, cuando vuelvo a aparecer, Jeremy tiene la mirada clavada en mí. No me ha dirigido la palabra desde que nos hemos levantado, y los dos sabemos que eso es raro, solo que no nos atrevemos a decirlo en voz alta.

Se despide de nosotras en cuanto acaba de comer.

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—Creo que ya no veré con los mismos ojos a la profesora Silva —murmura Laura con cara de asco, refiriéndose a la nota que leí de ella—. A ver, puedo entenderla, pero... ¿De verdad?

Después del incidente en la fiesta, Mason no ha vuelto a acercarse a mí. Ahora me ignora y he de admitir que respiro mejor. Tampoco ha habido ningún problema con el buzón, así que Kirsten seguramente ni se acuerda de lo que pasó con Laura.

—No la mires a los ojos o te convertirá en piedra —bromeo, conteniendo una sonrisa.

Mientras nos dan las notas de literatura, intentamos averiguar con quién salió Riley el día de los enamorados.

—Solo os diré que es alguien que conocéis —responde impasible, y se levanta a recoger su examen.

Laura y yo nos miramos y sonreímos. Tenemos claro de quién se trata: Nate.

Soy la última en recibir el examen, pero al menos he conseguido aprobar y en la nota final tengo un notable, que no está nada mal.

—¿Iréis al partido? —susurra Kai detrás de nosotras.

Me giro para responderle y Riley se me adelanta.

—Claro, tenemos que ir.

—Es cierto, tienes que ver a tu novio —añade Laura para picarla.

—¿Tu novio? ¿Qué me he perdido?

Mientras Kai intenta curiosear, me doy cuenta de que Jeremy sigue callado, por lo que intento romper el hielo.

El buzón de los secretos © |COMPLETA|Where stories live. Discover now