Capítulo 23

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Isabella miraba a Edward con súplica para que alejara a la rubia de ella, pero este ni se inmutaba. Sólo observaba maravillado a su novia. Estella se convertía en alguien diferente cuando estaba por matar a alguien, otra cosa que también le encantaba al cobrizo.

Estella movió lentamente el cabello castaño de la chica Swan hacía un lado, descubriendo su cuello. Isabella tembló ante el acto y lágrimas se empezaban a juntar en sus ojos.

—Ayúdame —susurró la humana tan bajo, que sólo ellos, gracias a sus sentidos desarrollados, pudieron escuchar.

—¿Por qué te ayudaría mi novio, Bella? —Edward casi rió, pues los celos seguían presentes en su novia—. No estuvo bien que pensaras que Edward me dejaría por ti —murmuró en su oído, la humana soltó un sollozo, pero su cuerpo no respondía a su mente para hacer algún movimiento.

La rubia pasó su dedo en una lenta caricia por el cuello de la humana, haciendo que esta se estremeciera ante el tacto frío de sus dedos.

<<¿Escuchas eso, amor? —cuestiona la rubia con voz lenta y baja—. Escucha como el corazón de esta humana bombea a cada segundo solo para mandar sangre a cada parte de su cuerpo—. ¿Sientes cómo te llama?

Edward estaba más que hipnotizado por las palabras dichas por su novia y también por imaginarse alimentándose de la humana.

Isabella seguía inmóvil, tenía miedo por la forma en la que la Estella hablaba y, en especial, porque Edward parecía estar fascinado con cada palabra e insignificante movimiento que su novia hacía.

Estella por fin hizo un pequeño corte con su uña en el cuello de la humana, donde rápidamente sangre empezó a salir. Isabella soltó un pequeño grito e intentó alejarse, pero la rubia la sostuvo con bastante fuerza, esta se quejó por lo bajo, pero no pudo hacer más para escaparse de los que ahora consideraba unos monstruos.

Los labios de la rubia fueron al cuello de la humana, los bañó de sangre como si ese líquido rojo fuera un labial más. Levantó la cabeza, pero no tomó ni una sola gota.

Con su mirada pareció llamar al cobrizo, quien se acercó y capturó los labios de su amada sin esperar un segundo más. Empezó a saborear la sangre de la humana que estaba en los labios de su novia, algo en Edward despertó su instinto depredador de una diferente manera, se dio cuenta que cuando Estella estaba presente y lo incitaba a hacer tal acto de alimentarse, lo disfrutaba y excitaba, no de manera sexual, era más como si una adrenalina recorriera su cuerpo y eso le gustaba.

Edward al probar la sangre de la humana, le resultó demasiado deliciosa, pero después de haber probado la sangre de Estella, nada podía llegar a su nivel.

—Hazlo, Edward —susurra la rubia contra sus labios cuando se separaron un poco.

Voltea a Isabella para que quede de espaldas a Edward y quita el cabello de su cuello. La humana estaba atemorizada y no sabía qué hacer, sabía que su final había llegado.

<<Escucha el sonido de su corazón, siente la sangre recorrer todo su sistema... —Edward acercó sus labios al cuello de la humana.

Probó un poco de la sangre que salía del blanco cuello. La respiración de Isabella era todo un caos, sus piernas flaqueaban y quería gritar, pero por alguna razón no salía ningún sonido de su garganta.

Ni siquiera pudo asimilar lo que estaba pasando cuando de un momento a otro, sintió como la dentadura de Edward se clavaba en su cuello y perforaba su piel.

Un intenso dolor y miedo se apoderaron de su cuerpo, soltó un grito lastimero que pudo resonar por el silencioso bosque. Intentó alejarse, pero su cuerpo no correspondía. Y aún sabiendo que era su final, lo único que se repetía en su cabeza era qué tal vez con la mordida que él cobrizo le estaba haciendo, se convertiría.

Una Vampira Diferente «Edward Cullen»Where stories live. Discover now