Prólogo

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Transilvania

1813


En un gran castillo oculto en lo más alejado de un bosque en Transilvania, dos personas discutían sobre una chica que se encontraba inconsciente, una chica que estaba a punto de morir y sabían que su decisión cambiaría la vida de esa chica para siempre.

—Decide, el tiempo se agota —el hombre con piel pálida y capa negra musita con bastante seriedad.

—Ella no quiere ser convertida, papá —la mujer de aparentemente 26 años de edad y con piel igual de pálida que el hombre, hablaba con preocupación.

—Tu hija morirá, Marian, para ser más específicos, mi nieta, morirá.

—Hazlo tú —la mujer le dice al hombre que acababa de llegar.

—No lo haré, ella tomó una decisión —aunque el hombre no estaba tan seguro de sus palabras, habló con determinación.

—¿Dejarás que nuestra hija muera? —pregunta con indignación la mujer. El hombre con capa rueda los ojos ante lo poco decididos que se veía la pareja.

—Lo haré yo, mi nieta me adora —el hombre con capa se acerca a la chica que se encontraba recostada en una grande cama.

Con delicadeza la agarra de la nuca y gira levemente su cabeza, dejando su cuello al descubierto.

Sus ojos se vuelven negros con un destello borgoña, colmillos puntiagudos y largos aparecen en su dentadura y un humo negro casi imperceptible lo rodea.

Sin más preámbulos, entierra los colmillos en la chica y esta, suelta un grito desgarrador, abriendo sus ojos lo más que se puede, los cuales se volvieron completamente negros.

Segundos después, queda nuevamente inconsciente. El hombre con capa la acomoda entre las sabanas de la cama.

Un chico de cabello castaño perfectamente peinado hacia atrás entra a la habitación. Su capa negra resaltaba ocultando su ropa. No aparentaba más de 19 años.

—¿Lo hicieron? —más que una pregunta, fue una afirmación. Vio a su hermana menor inconsciente en la cama.

—Diago, cuando tu hermana despierte, le ayudarás con su nueva vida —el chico asiente—. Marian y Gastón Vlad, espero sean más decididos.

Sin decir alguna otra palabra, el hombre desapareció envuelto en un humo negro. Los tres que quedaron, pensaban en cómo reaccionaría la hermosa chica cuando despierte.

Una Vampira Diferente «Edward Cullen»Where stories live. Discover now