Talitha es una repartidora de pizza y Kent es un amante de la pizza con malos modales. La pizzera no se deja pisotear por nada ni por nadie, así que dentro de él nació una ira, por lo que Kent quiere culminar con ella en venganza para enamorarla po...
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Martes
El celular vibra en mi mano, por lo que sé que es un mensaje. Dejo de levantar las pesas para tomar un bocado de aire, paso una toalla por mi rostro para secar las gotas de sudor que escurrían mientras leo la pantalla.
—¿Qué haces, Kent? —interroga la voz melosa de mi mamá que está entrando al gimnasio.
—Mi rutina de brazos, ahorita voy a hacer pierna. Estas piedras. —Golpeo mi muslo para que se viera la firme—. No se mantienen solas.
—No me refiero a eso, Kent.
Arrugo el entrecejo con confusión, debido a que no estoy entendiendo a lo que mi madre me dice. Ella pasa uno de sus largos mechones detrás de la oreja, y con su otra mano sobre mi hombro.
—¿Me estoy secando con la toalla? —balbuceó, alargando la última vocal de cada palabra, dejando la toalla sobre mi hombro.
—No.
—Entonces no tengo ni la menor idea a lo que estás hablando entonces. —Resoplo con curiosidad, encogiendo mis hombros sin importancia.
—Victoria me ha dicho que no has pasado mucho tiempo con ella —sermonea, hasta parece que muerde su labio inferior.
Mi mamá le agrada la idea que yo esté saliendo con aquella chica, porque ellos tienen algunos negocios con los padres de ella, aunque siempre nos recalcan que, si nuestra relación llega a su fin, ellos respetarán nuestra decisión y no habrá negocios cancelados.
Aunque sabemos que esa es una vil mentira.
—¡Ay, mamá! Es que Vic se está volviendo más dependiente de mí, siento que a veces no me da mi espacio, todo el tiempo quiere que este con ella...
—... ¿Y no crees que se siente amenazada? —irrumpe mi mamá con advertencia, colocando las manos a cada ladi de su cadera.
—¡Por favor! —Inhalo por la nariz con fuerza, perplejo de estar escuchando esas tonterías— ¿De qué se va a sentir amenazada?
—¿Crees que no he notado que pasas más tiempo con la gemela? Hasta parece que el dependiente eres tú hacia ella, siempre estás buscando excusas para estar cerca... —dice con simplicidad—. Es una niña muy dulce, y no creo que ella sea la que te esté buscando. Pero, tienes novia y debes de respetarla, y si no, debes de terminar con ella.
—Mamá... —refunfuño con frustración—. Con Talitha no pasa nada, ni siquiera me gusta. No hay punto de comparación entre ella y Victoria. No te preocupes, que con quien yo quiero estar es con mi novia. Talitha es nada más una amiga... —Ruedo los ojos, porque mi mamá está creyendo puras tonterías.
¿Qué se supone que voy a hacer yo; alguien musculoso, simpático, rubio y ojos azules con herencia de un imperio que podría mantener hasta los nietos de los nietos de mis nietos con alguien como... Ella?
