Capitulo 4

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El pasado jueves hubo un revuelo cerca de The Serpentine en el que estuvieron implicados el vizconde de Mellark, el señor Ludwig , las dos señoritas Everdeen y un perro no identificado de raza indeterminada.
Esta Autora no fue testigo presencial, pero todas las versiones parecen apuntar a que el perro se alzó como vencedor.

REVISTA DE SOCIEDAD DE LADY WHISTLEDOWN,
25 de abril de 1814

Katniss regresó al salón con Effie. Newton estaba feliz, sentado en medio de la sala, mientras sonreía al vizconde.

-Creo que le cae bien -dijo Effie.
-Tú también le caes bien. El problema es que él no te cae bien a ti. 

-Yo le adoraría un poco más si él me adorara un poco menos. Además, ya es su hora de paseo.

-Es lo que iba a hacer cuando llegó el vizconde -replicó Katniss al tiempo que hacía una indicación a Peeta al otro lado de la habitación.

- ¡Oh! -dijo Effie-. Disculpeme, milord. Qué descortés por mi parte no haberle saludado. ¿Qué modales son estos? ¿Puedo ofrecerle un té? ¿Algo de comer?

-No, gracias. He estado disfrutando de la estimulante compañía de su hija mientras espero la llegada de Prim.

-Ah, sí. Prim ha salido con el señor Ludwig. ¿Lo conoce usted lord Mellark? 

-Mmm..sí. Le conozco.

-No estaba segura de si debía permitir que Prim saliera con él, esos carrocines son difíciles de manejar y ...

 En ese momento, Newton soltó un ladrido para recordar su presencia a todo el mundo.

-Mejor busco su correa -se apresuró a decir Katniss.

  Sin duda le sentaría bien un poco de aire fresco. Y aún mejor, escaparía del vizconde.
-Si me disculpan...

- !Kat, espera! -llamó Effie-. No puedes dejar a lord Mellark aquí conmigo. Se morirá de aburrimiento.

-Usted nunca podría aburrirme -dijo el vizconde como el mujeriego desenvuelto que era.

-Sí que puedo. Nunca se ha visto atrapado en una conversación conmigo tanto tiempo, y Prim tardará en regresar. Por qué no va con Katniss y Newton a pasear? -sugirió Effie.

   Katniss miró fijamente a Effie. ¿Qué diablos estaba haciendo?
-Realmente yo no quiero molestarlo y... -comenzó a decir Katniss.

-Estoy segura de que no le molesta. ¿Verdad, milord? -interrumpió Effie antes de que Peeta tan siquiera pudiera abrir la boca.

-Por supuesto que no -murmuró Peeta. ¿Que otra cosa podía decir?

-Ya está. -dijo Effie, quien sonaba demasiado complacida-. Tal vez hasta se encuentren con Prim durante el paseo. ¿No estaría bien?

-Desde luego -dijo Katniss en voz baja.

  Lo último que quería era que su hermana lo viera. Ella aún era joven e impresionable. ¿Y si no era capaz de resistirse a sus sonrisas? ¿O su palabrería?
Incluso Katniss admitiaque lord Mellark destilaba encanto, ¡y eso que a ella le caía mal!

Se volvió al vizconde.
-No debe sentirse obligado a acompañarme, milord.

-Será un placer -repuso él con sonrisa maligna-. Aparte, como han sugerido, podríamos encontrar a Prim, ¿no sería una coincidencia deliciosa?

-Claro -contestó Katniss relinchando los dientes.

- ¡Excelente! -dijo Effie-. Voy por la correa de Newton.

El Vizconde LibertinoOù les histoires vivent. Découvrez maintenant