Capitulo 1

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El tema de los mujeriegos se ha tratado con anterioridad en esta columna, y esta Autora ha llegado a la conclusión de que hay mujeriegos y MUJERIEGOS.
Peeta Mellark es un MUJERIEGO.
Un mujeriego (con minúscula) es joven e inmaduro. Hace alarde de sus hazañas y se cree peligroso para las mujeres.
Un MUJERIEGO (con mayúscula) sabe que es peligroso para las mujeres. No hace alarde de sus hazañas porque no siente necesidad. Sabe quién es y qué ha hecho.
Y si eso no describe a la perfección al vizconde de Mellark - el soltero más cotizado de esta temporada-, esta autora dejará su pluma de inmediato. La única pregunta es: ¿será está la temporada en la que por fin sucumba al matrimonio?
Esta Autora piensa... que no.

REVISTA DE SOCIEDAD DE LADY WHISTLEDOWN,
20 de abril de 1814

-Déjame adivinar -dijo Katniss - otra vez ha escrito sobre el vizconde Mellark .

Su hermanastra, Prim, alzó la vista del diario.
-¿Cómo lo sabes?

-Porque siempre te ríes cuando escribe de algún libertino reprochable.

Effie Everdeen, la madre de Prim y madrastra de Katniss alzó la vista de su bordado.
-¿De qué ríen?

-Katniss está molesta porque lady Whistledown escribió otra vez sobre el vizconde- explicó Prim. -Aunque creo que en realidad le gusta escribir sobre mujeriegos.

-Por supuesto que le gusta -replicó Katniss-. Si escribiera sobre gente aburrida, nadie compraría su periódico.

-Eso no es cierto -contestó Prim-. La semana pasada escribió sobre nosotras, y Dios sabe que no somos las más interesantes de Londres.

Katniss sonrió ante la ingenuidad de su hermana. Ella y Effie tal vez no fueran las personas más interesantes, pero Prim, con su cabello dorado y ojos azules, ya había sido nombrada la «Incomparable» de la temporada. Por otro lado, Katniss, con su pelo marrón y ojos grises, era referida por lo general como «la hermana de la Incomparable».

Suponía que había peores apelativos. Al menos, todavía nadie la llamaba «la hermana solterona de la Incomparable», algo que se aproximaba a la verdad. Con 21 años, Katniss ya estaba un poco entradita en años para su primera temporada en Londres.
Pero, en realidad, no había habido otra opción. La familia Everdeen no era rica ni siquiera en vida del padre de Katniss, y desde su muerte cinco años atrás se habían visto obligadas a economizar más.

Sólo podian juntar fondos para pagar un único viaje a Londres alquilar una casa, carruaje y contratar el mínimo de criados para pasar la temporada. Por lo tanto, las dos muchachas se vieron obligadas a hacer su debut el mismo año. Habían decidido que el momento más lógico sería cuando Prim cumpliera los 17 y Katniss 21. A Effie le habría gustado esperar hasta que Prim tuviera 18, pero entonces Katniss tendría casi 22, y ¿quién querría casarse entonces con ella?

Katniss sonrió con gesto irónico. Ni siquiera había querido una temporada en Londres. Sabía que no era el tipo de chica que atraía la atención de la aristocracia. No era lo suficientemente guapa como para compensar la falta de dote, y nunca había aprendido a caminar con delicadeza y todas esas cosas que otras chicas parecían saber desde la cuna.

Aparte, ni siquiera le gustaba demasiado Londres. Se lo estaba pasando bastante bien y había conocido a personas agradables, pero todo aquello era una horrible pérdida de dinero para una joven que estaría contenta permaneciendo en el campo y encontrando allí a algún hombre que quisiera casarse con ella. Pero Effie no había querido ni escucharla cuando lo menciono.

-Llevas una eternidad leyendo el periódico -dijo Katniss con una mueca-.Quiero ver qué tiene que decir hoy del vizconde de Mellark.

Los ojos de Prim se encendieron con picardía.
-Te interesa mucho el vizconde, Kat. ¿Hay alguna cosa que no nos cuentas?

El Vizconde LibertinoWhere stories live. Discover now