CAP (25). Otra

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Narrativa:Colin Russell


       Después de tantos años aprendí a leer muy bien las caras que aparentan tener en frente de mí. Y como siempre, no cada acto que se intitula benevolente representa la verdadera intención de esa persona, igual como no cada crítica es destructiva.

«Intuí desde el primer momento cuál era la intención de Casandra. Honestamente, hace mucho tiempo superé la edad en cuál los detalles se me perdían de la vista, aunque a veces algunos sí lograban escaparme por alguna extraña razón, pero aun así, el que no falla no tiene por qué tener miedo.

—¿Y te gusta mi coche?—repitió la pregunta una vez que su padre se había ido, sonriéndome.

La estuve mirando a los ojos, veía cómo me coqueteaba, cómo mordía su labio inferior y jugaba con un mechón de su cabello. Se esforzaba demasiado para captar mi atención y esto solamente la hacía perder más terreno delante de mí.

Después de mucho tiempo estaba bien contento y tranquilo con lo que tenía, estaba feliz aunque sabía que Rose me ocultaba muchas cosas y que seguramente muchas de ellas no iban a gustarme o alegrarme, pero solamente la quería a ella. No iba a ser fácil pero nada en la vida lo es por lo tanto estaba dispuesto a poner de mi parte y trabajar en esa relación.

—Como ya te lo había dicho, sí.—empecé a reír pensando en cómo iba contarle a Rose esta experiencia.

–Sabes que te extrañé —admitió de repente—, después de tanto tiempo sigues siendo mi preferido.

—Casandra— suspiré mientras me negué con la cabeza y le sonreí con empatía—es un capítulo cerrado, no vale la pena hablar sobre eso— añadí.

—Yo creo que sí—se me acercó—Tú y yo fuimos una pareja muy bonita, preciosa, diría yo. Sé muy bien que hace poco estuviste con Linda, pero ella no es como yo, y ¿para qué mentirte? Esta chica quien te acompaña no me llega ni a los talones—afirmó y ahí sentí cómo mi paciencia empezaba a desaparecer.

—Se llama Rose.

—Colín, por Dios, tú no estás acostumbrado con mujer como ella—replicó nerviosa.

—¿Y con qué tipo de mujeres estoy acostumbrado según tú ?— levanté una ceja mientras me sostenía de su coche, retándola en contestarme.

—Tú solo tuviste novias modelos, mírate y mírala—hizo una cara de disgusto—Ella no tiene nada de eso, es bastante...normal.

—Llega un momento en la vida en el cual necesito una mujer, no una muñeca que solo piense en su cabello, uñas y vestidos. Busco otras cosas, busco la normalidad y la tranquilidad.

—Sigo opinando que es solo un capricho o un juego para ti.

—No lo es, Casandra— me negué con la cabeza—Rose es muy importante para mí y te pido que la respetes tanto tú como tus padres.

—Reacciona, Colín, ella es...¡Dios!—exclamó ofendida. —Hasta trabajando para tu mamá.

—¿Y? Créeme que llegar a trabajar con mi madre es difícil, y yo estoy muy feliz de trabajar con mi mamá. Es algo que ella logró por sus propias cuentas —hice una pausa— Dime, ¿tú que ligaste a hacer sola hasta en este punto? Tú si necesitaste de mi ayuda para tu carrera de modelo o ¿no?

—¿Y esto no te dice nada?—admitió girando los ojos—Por mí hiciste algo por ella, no, esta es una prueba más que te debe poner a pensar y recapacitar tus elecciones.

—Ya basta, Casandra.

Ella actuó resignada para que después, en solo unos minutos, su estado cambie radicalmente y empiece a reírse histéricamente, sorprendiéndome por completo con su reacción.

 Millionaire   ©®   Where stories live. Discover now