Las casualidades de la vida les llevan a conocerse cada vez más, les enseñan a vivir la vida sin prejuicios, sin ataduras, a enamorarse, y sobre todo a crecer. Santiago y Emilia se conocen un día por casualidad, entablan una amistad muy fuerte y luego se dan cuenta de que no pueden vivir el uno sin el otro. Viven su juventud al máximo, con momentos felices, tristes, triunfos, derrotas, sin barreras, con pasión, amor y locura.