Scorpius Malfoy.
—Scorpius.—me hablo Isabella, me acerqué a ella.—¿Tus padres ya te habían hablado sobre Albus y Rose?
—Bueno... sí, no mucho. Mis padres no se llevaban mucho con sus padres.—murmuré.— La verdad nunca supe por qué. Pero al ver cómo reacciono Rose me imaginé que ella ya sabía quien era yo.
—Mis padres no me habían dicho nada sobre ellos, me refiero.. si me hablaron de Harry Potter, pero nunca sobre Weasley o Granger.—dijo ella confundida.
—La verdad no lo sé bien.—me encogí mis hombros.—Pero Hey, nos somos nuestros padres. Me refiero.. Albus se ha comportado muy bien con nosotros, tal vez Rose no, pero el sí. Tratamos de hacer amigos por aquí.
–¿Crees que se enojen nuestros padres al saber que somos amigos de Potter?—preguntó viéndome.
—No creo, aunque no sabría decirte. Siento que no le importaría mucho a mi padre que sea amigo de Potter.—comenté.
Me quedé viendo a unos estudiantes que nos miraban, estábamos esperando a los prefectos que nos llevarían a las mazmorras.
—Tienes se quitar esa cara.—oí decir a Isabella.
—¿Cuál cara?—la volteé a ver.
—Tienes cara de que quieres matar a todos.—soltó una risita.— Aveces pienso que estas enojado.
—Mi madre dice que lo herede de mi padre.—dije riéndome un poco.—Tal vez los demás creerán que si me hablan los trataré mal.
—¡Slytherin, síganos!
Volteé hacia atrás, Albus estaba sentado aún.
—Albus ya nos vamos.—le dije acercándome a él, se levantó.
—Gracias.–dijo, no dije nada, alcanzamos a Isabella mientras íbamos detrás de todos hacia las mazmorras.
•••
Al día siguiente nos encontrábamos en clases con la profesora Madam Hooch, estamos frente a nuestra escobas esperando que llegara.
—¿Cómo pasaste tu primera noche?—le pregunté a Isabella.
—Bueno...—se quedó callada.—Bien, aunque mis compañeras no me hablaron. Pero dormí bien ¿tú qué tal?
—Estuvo bien, quedé con Albus.—comenté.–Es bueno tener a alguien conocido ¿No crees?—ella asintió sonriendo.
Alado nuestro estaba Albus que veía detenidamente la escoba que estaba frente de él, parecía que no prestaba atención a nada más que a eso.
—Bueno días.—dijo Madam Hooch llegando todos coreamos a unísono "Buenos días Madam Hooch.", se dio vuelta viéndonos.—Bueno, ¿qué esperan? Todo tomen su escoba. Vamos ¡rápido!
Todos dimos unos cortos pasos posicionándonos alado de nuestras escobas.
—Coloquen la mano, encima de su escoba y repitan después de mi; "¡ARRIBA!"
Todos dijimos al mismo tiempo "¡ARRIBA!" , vi que frente mío estaba la chica Rose junto con otra chica, ellas festejaron al haberlo conseguido.
—¡ARRIBA!—dije fuertemente, la escoba se levantó rápidamente la sujete en mi mano.
—¡ARRIBA!—dijo Isabella, su escoba se elevó, sonreí.
—Bien hecho.—le dije emocionado, ella sonrió.
—¡ARRIBA...! ¡ARRIBA...! ¡ARRIBA...!—escuche decir a Albus a mi lado, se veía muy presionado. Todos en la clase ya habían podido elevar su escoba menos él.—¡ARRIBA..!
Su escoba no se mueve, ni un centímetro. Él empieza a desesperarse, Toda la clase se empezó a reír de él.
Isabella y yo nos miramos, ella sonrió de lado viendo a Albus que trataba de levantar la escoba.
—Oh, por Merlín, que humillante. Él realmente no es como su padre ¿no?—dijo una chica, se volvieron a carcajear.
—¡ARRIBA...!—volvió a repetir él, pero la escoba no se movió.—¡ARRIBA....!
Todos los miraban divertidos, mientras murmuraban cosas. Se podía sentir la presión.
—Albus Potter, el squib Slytherin.—dijo una chica burlonamente.
Isabella enojada se movió de lugar poniéndose alado de el, yo también me acerqué.
—Albus, no les hagas caso.—le dijo Isabella, asentí concordando.—Tú... solo concéntrate.
—Eso hago, eso trato de hacer... de verdad.—dijo desesperado.—¡ARRIBA....!
—Bien, entonces cierra los ojos, inhala y exhala profundamente...—volvió a decir Isabella, Albus la miro.—Hazlo.
El la miro unos segundos para después cerrar sus ojos, hizo lo que le indicó ella, al abrirlos levantó su mano.
—¡ARRIBA...!—dijo, y la escoba se elevó, él la agarró emocionado.—¡Lo hice!
—¡Te lo dije!—dijo Isabella sonriendo, apreté mis labios.—Bueno, ahora regresaré a mi lugar.
—Isabella es la mejor, siempre hazle caso.—le dije a Albus cuando Isabella se alejó.—Créeme, me ayuda mucho.
El sonrió.
—Okay, chicos. ¡Es hora de volar!—dijo Madam Hooch.—Súbanse a sus escobas, y patearan el suelo se elevarán unos metros, se inclinan un poco hacia adelante y vuelven al suelo.
Pase mi pierna para el otro subiéndome a mi escoba, una vez que todos estábamos sobre las escobas Madam Hooch hizo una seña mientras silbaba al mismo tiempo, patee el suelo sintiendo como cada vez me alejaba más del suelo, me sujete bien y sonreí.
Volteé a ver a Isabella que parecía un poco insegura pero después lo hizo elevándose, mire a mi otro lado a Albus que parecía muy concentrado en no caerse de la escoba, vi como se tambaleó a los lados, carcajadas se hicieron presente.
Nos inclinamos como lo había indicado Madam Hooch para después bajar al suelo, todos nos encontrábamos emocionados, aunque yo ya tenía un poco mas de experiencia.
Mi padre, me había enseñado a jugar quidditch, dijo que él siempre que estudió aquí lo jugó hasta cierto año, donde por unas cosas personales tuvo que dejarlo.
Una vez al terminar la clase de vuelo íbamos rumbo a nuestra siguiente clase.
—Lo hiciste bien, Albus.—le dije animándolo.
—Fui un asco.—dijo decepcionado arrastrando sus pies.–Todos esperaban que fuera bueno como mi padre.
—Solo eran los nervios.—dije.—Verás que eres bueno, está en tú sangre.
—Sí, Albus. No te sientas mal, a cualquier le puede pasar.—me apoyo Isabella.
—¡Albus!—gritó un chico un poco más alto corriendo a donde estábamos, Albus lo miró algo cansado.—No me tocó felicitarte, hermanito... Slytherin ¿eh?
—No estoy para tus burlas, James.—dijo fastidiado.
—Deja que se entere mi padre.—dijo el chico burlonamente y nos miró.—Hola, Soy James, James Potter.
—Soy Scorpius Malfoy.—dije, el alzó sus cejas y miró a Isabella.
—Isabella Zabini.
James extendió su mano hacia ella, ella lo estrechó.
—Un gusto, Isabella.–sonrió, y me miró.—También a ti, Scorpius.
Sonreí apretando mis labios.
—Mejor deja que vea la clase de amigos que hiciste.—dijo James hacía Albus.
—Cállate, James.—gruño Albus.—Te dije que no estoy de humor para soportarte.
—Vamos, y yo que te estaba dando la bienvenida a Hogwarts.—se quejó el mayor, sonriendo burlonamente.—Será mejor que me vaya, tengo clase con Hagrid y no quiero llegar tarde... Nos vemos Bella.
—Se llama Isabella.—dije llamando su atención, el se giró a verme.—Isabella.
—Oh, Isabella.—repitió el sonriendo aunque con un tono burlesco.—Bueno, hasta luego...
El chico se fue mientras corría por los pasillos, Albus soltó un suspiro.
—Yo... lo siento, James es muy así.. siempre anda tras las chicas y les habla, tiene un sentido del humor muy...—hizo una mueca.—Llega a ser molesto aveces.
—¿Es mucho mayor que tú?—le preguntó Isabella una vez que volvimos a caminar por el pasillo.
—Dos años mayor.—respondió.
Nosotros solo asentimos. Fuimos detrás de los estudiantes de nuestro curso teníamos la clase de Encantamientos.
—He pensado que varias personas tienen miedo a acercarse a nosotros.—comenté.— Bueno.... especialmente a mi.
—¿Por qué lo dices?—preguntó Albus.
–No lo se, he escuchado a varios decir al rededor que mis padres son Mortífagos, no quieren ser mis amigos por eso.—admití algo decepcionado, sinceramente no esperaba que mi primer año la mayoría de los estudiantes no se quisiera acercar a mi.
—Bueno, no les hagas caso.—dijo Albus.— Que crean lo que piensen, fue hace años.
—Son unos idiotas.–dijo Isabella.—Mi padre me dijo que la mayoría de los estudiantes tratarían de molestarnos o ignorarnos por el hecho de que tuvieron la marca, a mi en lo personal se me hace patético, y si me dicen algo no me quedare callada.
Solté una risita.
–Mi padre me ha dicho que los insultara, aunque bueno... solo cuando fuera necesario; dice que no quiere que sea como el era hace años. En cambio, mi madre me ha dicho que hiciera amigos, y no me llevara mucho por qué tipo de sangre eran.—comenté.— Mis padres me educaron de otra forma, ya que quieren que tenga más libertad.
–Se escuchan buena onda sus padres.–dijo Albus.—Mis padres... bueno, no me dijeron nada de hecho, mi padre me dijo que no importaba donde quedara, y eso me hizo sentir mejor. Aunque James se la pasó todo el camino molestándome que quedaría en Slytherin ya que el había quedado en Gryffindor, después esta Rose que me decía que si o si debía quedar con ella... las cosas no salieron muy bien.
—Estar en Slytherin no es tan malo.—dije.—Todos lo hacen ver como la casa de los malos, no por ser de esta casa se significa que te la pases molestando a cualquiera que se te pare enfrente.
—Sí, ya verás Albus, aquí nos tienes a nosotros.—dijo Isabella animándolo.—Así que ignora a tu hermano que como dices tú.. es muy bromista por así decirlo, solo te quiere molestar un rato con eso.
—Sí, lo se.—murmuró.— Me alegra haberlos conocido en el Tren, siento que hubiera sido muy raro no haber conocido a nadie de esta casa.
–Tranquilo, Potter.—dije.— Así estábamos nosotros, pero lo bueno es que ya estamos aquí.
Soltamos una risita los tres, entramos al aula de la clase, sacamos nuestras varitas.
—Una de las habilidades más rudimentarias de los magos es la levitación o la habilidad de hacer que los objetos vuelen... ¿todos tiene sus plumas?–preguntó el profesor, asentimos.
>> ¡Bien! Ahora no olviden el movimiento de muñeca... que practicamos.. switch y flip.—todos imitamos el movimiento.—Bien.. y digan lo siguiente; Wingardium leviosa.
—¡WINGARDIUM LEVIOSA!—dijimos todos a unísono agitando y golpeando la varita para poder levantar las plumas.