¿Y si eres tú? |Scorpius Malfoy| [#2]

94.

Día 1.

Jacob Zabini.

En la noche todos nos vimos afuera de las cabañas, Jack se encontraba cantando una canción muggle que había escuchado hace días mientras yo me preparaba un trago.

—Siempre es la misma contigo, Reagan.

—¿Por qué te la quieres pasar peleando?, Deja el drama, Reginna.

Le tome un poco a mi trago viendo aquella pareja pasando a lado de mi lado, me acerque lentamente a James y Steve que estaban platicando sin despegar mi mirada.

—¿Por qué están peleando?—los mire.—¿Ustedes saben?

—Que chismoso, Zabini.—dijo burlesco James.

—Ya tenía rato sin saber algún chisme.—admití haciéndolos reír.—¿Qué paso con la pareja quidditch?

—Últimamente se la han pasado peleando.—explico Steve.—La relación ya no funciona, pero es que.. nosotros ya sabemos como es Reagan le encanta ser coqueto con otras.

—No se por que Reginna le dio otra oportunidad, es como esperar a que Reagan cambiara.—dijo James encogiendo sus hombros.—pero bueno, ellos solo saben.

—Yo creo que no duraran, siempre se están peleando.—dijo Steve.

—Vaya chisme.—confesé riéndome.— Problemas en el paraíso, diría Jack.

—Jack nos va a querer repartir de sus dulces mágicos ahorita.—dijo James quitándome el vaso.—No se cuantos vasos lleva ya.

—Pero... si acabamos de salir.—dije confundido.

—Jack y Steve llevan rato aquí afuera.—me miro James.—Empezaron desde temprano.

Mire a Steve.—De verdad ustedes no pierden el tiempo, ¿verdad?

—Tenemos que disfrutar lo más que podamos.

—Se hubieran traído unas chicas, a ver sí dejan de drogarse y se relajan de otra manera.—dije sonriendo.

—Jack aunque trajera una chica, no dejaría de fumar o tomar.—dijo James.

—Es verdad, pero al menos no estaría todo el tiempo aquí afuera, te apuesto que se va a amanecer si es que no se queda dormido en algún lado antes.—dije viendo a Jack.

Mire salir a Isabella y Scorpius de su cabaña, le di un trago a mi vaso viéndolos.

—Me sigue doliendo la cabeza.—dije desviando la mirada.—es horrible, espero con esto o fumando se me quite.

—Yo creo que esto era lo que necesitabas, Jacob.—me dijo Steve.— a ver si te relajas un poco, y dejas de estar como anciano enojado.

—No estoy así.