¿Y si eres tú? |Scorpius Malfoy| [#2]

127.

Últimos capítulos.

Albus Potter.

Recargue mi espalda en el respaldo del sillón que estaba en el aula viendo mis manos en silencio escuchando a Damián y Dylan hablar entre ellos que acomodaban unas cosas.

Isabella de seguro estaría con Scorpius, y prefería la mayoría del tiempo, alejarme. Amaba pasar tiempo con ellos, pero siempre eran demasiado... cariñosos.

Quitando el hecho de que Scorpius le decía cosas en otro idioma que no podía entender, pero estaba seguro que eran en doble sentido por la risa que soltaba Isabella.

Intercambio una mirada con Dylan que me sonrió cortamente para regresar con su mejor amigo que le hablaba sobre unos productos Weasley que les habían enviado los primos.

—Iré entonces por eso. —dijo Damián a Dylan que asintió —. Ya vuelvo.

El pelinegro se levantó de su lugar acomodándose la túnica para salir del aula, todo quedo en silencio excepto las respiraciones mías y del castaño. Humedecí mis labios mordiéndolos algo nervioso.

Dylan aclaró su garganta, llamando mi atención. Lo mire topándome con él que ya me veía.

—Entonces Potter. —solía llamarme así —. ¿No saldrás hoy?

—No hay mucho que hacer por las tardes.

—Sí lo hay, solo que nunca sales de tu zona.

—¿De mi zona?

—Siempre estás en los mismos lugares, haces lo mismo siempre, todo muy repetitivo.

—No es tan malo. —susurre, en realidad, si lo era.

—Puede que no, pero, pensando en que pronto nos graduaremos, deberías soltarte un poco.

Resople burlón. —¿Soltarme? ¿Yo?

—No hace mal. —sonrió levantándose —. Te he notado algo decaído últimamente —se acercó a mí, sentándose a mi lado —. ¿Pasa algo?

—No. —menee mi cabeza —. Son solo unos asuntos.

—Bueno, pues vaya asuntos... Te mantienen lejos de la realidad.

Trague en seco asintiendo desviando la mirada nuevamente a mis manos que estaban sobre mi regazo.

—Nick y yo hemos terminado. —susurre por lo bajo.

—¿Qué?

—Y es raro, ya paso un tiempo de eso. Isabella y Scorpius son los únicos que lo saben. Pero la verdad, es que, si me siento algo mal. Mi cabeza da vueltas pensando en que hice mal para que él lo hiciera.

—¿Wood termino contigo?

—Por una carta. —lo miré, frunció el entrecejo extrañado. Posiblemente, preguntándose el por qué.

—Eso sin duda no me lo esperaba.

Encogí mis hombros y suspiré.

—Eso explica porque tu cambio de actitud de un día a otro, sé que nos empezamos a llevar hace poco, pero sí me di cuenta de que algo estaba sucediéndote. No me atrevía a preguntarte. —continuo.

—Es raro, pero sé que sobreviviré a eso.

—Me alegra saber eso, no mereces sufrir y desperdiciar este tiempo cuestionándote o sobre pensando en que hiciste mal. Querer a alguien nunca es malo.

—Gracias. —sonreí —. de verdad.

—Gracias a ti, por contarme algo personal. —sonrió, haciendo que su hoyuelo se marcara de lado izquierdo —. Tal vez no sea el mejor dando consejos, pero si soy el mejor escuchando.